martes, 8 de marzo de 2016

BRIDESHEAD REVISITADO


El profesor de Ciencias Sociales de nuestro centro, don Juan Peña, nos ha explicado para El calerito digital  su visión personal de un libro clásico, Retorno a Brideshead de Evelyn Waugh, una novela editada por primera vez en 1945 y cuyo éxito provocó, además de su adaptación al cine en 2008, que la televisión británica rodara una serie televisiva en 1981.

Respecto a la novela, don Juan Peña nos comenta lo siguiente:

"Leí esta obra, Retorno a Brideshead, del escritor británico Evelyn Waugh hace más de veinte años, no me defraudó entonces. No suelo practicar las relecturas ya que prefiero descubrir otros universos. Sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido, la obra me ha seguido resultando fascinante.

Hay varios niveles de lectura en esta novela amplia, ambigua y abierta que, al mismo tiempo, dependen de la visión del lector que puede ir enriqueciéndose con el devenir de los años.

El autor plantea en su obra el mundo de una familia aristocrática inglesa insertado de manera no rígida en la época en la que se desenvuelven, entre el final  de la Primera Guerra Mundial y el inmediato inicio de la Segunda Guerra Mundial.

La historia está contada por un amigo de la familia llamado Charles Ryder, quien conoce a uno de sus integrantes mientras está cursando estudios en la Universidad de Oxford. Siendo esta una familia de exquisitas maneras y completamente integrada en la sociedad inglesa de la época, cuando se observa con cierta atención uno puede darse cuenta de que todos ellos están sometidos al drama de la separación de Lord y Lady Marchmain, sus progenitores, y que ello, de una manera u otra, está marcando la vida de sus hijos.

Los dos grandes protagonistas de la historia, junto con el narrador, son Sebastián Flyte y su hermana Julia.

Iré por partes. Sebastián es un ser de extraordinaria sensibilidad y, al mismo tiempo, es una persona inadaptada e infeliz que está intentando buscar un camino al margen del que le traza una madre, una familia y un mundo de convencionalismos que le resulta muy rígido. Waugh demuestra una gran habilidad para ir gradualizando el comportamiento de Sebastian hacia la dipsomanía. Al mismo tiempo, el autor también manifiesta una gran capacidad para definir a sus personajes a través de la mirada de los otros participantes de la historia, suscitando el diálogo cuando lo estima conveniente.

Waugh lleva la técnica narrativa a un nivel en el que es difícil darse cuenta de sus estrategias pues consigue que todo fluya con una extraordinaria naturalidad.

Como decía, el otro gran personaje, el que más me llama la atención junto con Sebastian, es su hermana Julia. Julia es una adolescente madura que también cuenta con una desarrollada sensibilidad y una gran inclinación hacia la belleza. Al contrario que Sebastián, no está enferma. Necesita tomar decisiones sobre su vida y lógicamente estas van a venir condicionadas por una familia en la cual su madre es católica, un hecho no usual en Inglaterra, mientras que su padre no lo es. Julia elige como marido a la persona equivocada. No será feliz con él y tampoco llegará el anhelado descendiente.

Es un libro escrito no solo con sensibilidad, sino también de una manera muy inteligente. Son muy variadas las circunstancias y personajes que desfilan por la obra. El autor saber encajar y cerrar sus diferentes vidas y situaciones poniendo una especial atención a los detalles.

Siempre me sorprendió la destreza que tiene Waugh para crear unas atmósferas. Atmósferas que son verosímiles, con personajes que poseen espesor, entidad. Ello me lleva a pensar que Waugh tuvo que vivir directamente algunas de las situaciones que relata ya que de otra manera resultaría inconcebible que pueda introducirnos en esos mundos que describe con tal maestría.

Waugh remata su novela narrando la relación amorosa entre Julia Flyte y Charles Ryde, algo que no resulta sorprendente porque el lector ha podido intuir que ese sentimiento había estado presente de una manera muy difusa, aletargado, a lo largo de las páginas precedentes. El relato de esta relación amorosa le permite al autor volver la mirada hacia el centro físico de convivencia de todos estos personajes que es la mansión de Brideshead para, al mismo tiempo, realizar una recapitulación sobre todos los seres que había en dicha mansión. Incluye, en esos instantes, al padre de Julia, Lord Marchmain, que ha ido a morir a Brideshead después de un largo periplo vital por Italia.

Estas últimas páginas están escitas de una manera especialmente soberbias. Para entonces el autor ha logrado atrapar completamente al lector creándole casi una realidad paralela que le lleva a resistirse a dar por terminada la lectura del libro.

No, no hay segundas partes, aunque sí existe una pésima película filmada a finales del siglo XX o comienzos del siglo XXI. Lo que sí puedo recomendar es una excelente serie inglesa rodada a principios de los años ochenta en la que el actor principal es Jeremy Irons que está acompañado de los grandes genios de interpretación como Sir John Gielgud o Sir Lawrence Oliver. La serie no ha envejecido en absoluto y tiene la virtud de haber sido capaz de captar con una gran fidelidad el espíriu y los ambientes y atmósferas del libro escrito por Evelyn Waugh".

Mónica Pérez González

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