-Cuando usted era pequeño, ¿ya tenía claro lo que iba a estudiar o lo decidió con el tiempo?
Cuando realmente decidí lo que iba a estudiar fue en COU. Pensé en estudiar Física. COU era el equivalente a 2º de Bachillerato, un curso en el que el alumnado de Ciencias normalmente elegía tres materias optativas: Física, Matemáticas y Química. Yo elegí Matemáticas, Física y Pedagogía. Tenía claro que quería ser profesor.
-¿Qué valoración tiene de su época de estudiante? ¿Dónde realizó sus estudios?
De mi época de Primaria no tengo buenos recuerdos porque asistí a una escuela unitaria con un maestro en una clase de cuarenta alumno/as. Ese maestro tenía que ocuparse de todos los cursos de Primaria, por lo que no le podía dedicar demasiado tiempo a los alumno/as. Mi experiencia fue regular. Sin embargo, en Secundaria cambió radicalmente el tema. Hice la Secundaria en Baena, concretamente en la SAFA, que es un colegio que se llama Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia y que es gestionado por los jesuitas. Yo estuve allí desde los nueve hasta los dieciséis años. Fue una época que me marcó, ya que nos inculcaron una serie de valores que intento transmitir a mi alumnado. Después, hice COU, un curso del que también tengo un gran recuerdo.
-¿Qué estudios universitarios ha realizado usted? ¿Dónde los realizó?
Estudié Física en la Universidad de Sevilla y yo la definiría como una carrera dura que requiere mucho esfuerzo y bastante dedicación, pero no lo pasé mal. Los dos primeros años estuve en una residencia y el resto del tiempo alquilé un piso. En la universidad es cuando ya aprendes a valerte por ti mismo.
"Intento transmitir una buena imagen del centro"
-Con respecto al centro, ¿cuántos años lleva trabajando en él? ¿Se siente contento con la labor que desempeña en el instituto como profesor? ¿Por qué?
Yo he tenido la suerte de venir a Pozoblanco por elección. Este año cumplo 30 años aquí. Últimamente, me preocupo, cada día, de cada clase y, en cada momento, de cada alumno/a. Estoy contento en este centro. Hace dos años, tuve la oportunidad de irme a otras ciudades y no lo acepté ya que prefiero terminar mi carrera aquí, en Pozoblanco.
-¿Qué imagen tiene de nuestro centro? ¿Para usted es un centro en el que se respira tranquilidad o en el que los conflictos están a la orden del día?
A mí la imagen me importa mucho e intento transmitir una buena imagen del centro. En este instituto, los profesores y profesoras no solo damos clase, sino que mucho/as de nosotros/as, además, nos formamos en cosas muy concretas. Desde hace veinticinco años, montamos un taller de fotografía formado por profesores y profesoras, y también montamos un taller de vídeo y otros grupos de trabajo con el objetivo de seguir formándonos como docentes.
-Usted trabaja mucho en beneficio de nuestro centro y siempre busca difundir su imagen, dentro y fuera de la localidad, y lo que en él se hace. ¿Cómo calificaría su aportación al centro en esta línea durante todos estos años?
La imagen pública arranca hacia el año 2000, más o menos, que es cuando empezamos con internet. Montamos una serie de blogs para cada uno de los departamentos. Nos hemos dado cuenta de que, si los alumnos/as hacen algo y eso se difunde en la red y se se valora fuera, repercute en su conducta. Lo usamos como medio de motivación. Este año hemos abierto una página nueva en Facebook que es actualizada todos los días y tiene bastantes visitas.
-¿Cómo enfoca usted sus clases?
Yo intento crear un clima que propicie el aprendizaje. Eso lo pretendo lograr mediante un montón de experimentos. Intento darle un carácter práctico a mi materia y, sobre todo, que mi alumnado llegue a amar la ciencia.
-¿Ha habido algún alumno/a suyo/a con el/la que se haya sentido especialmente identificado? ¿Por qué?
He tenido la suerte de tener buenísimo/as alumno/as, y a gente muy especial. No voy a nombrar a nadie, pero saben que me acuerdo de ellos/as. Mantengo una relación por correo electrónico, por Facebook, por twitter con muchos/as de ellos/as. Guardo un buen recuerdo de la mayoría de mis alumnos/as. Muchos/as de ellos/as vienen a contar su experiencia a mis alumnos/as actuales.
-¿Podría contarnos alguna anécdota curiosa que le haya ocurrido en el ejercicio de su profesión?
La primera me ocurrió cuando estaba estudiando Física en la Universidad de Sevilla. Un amigo mío era profesor de una escuela privada de una hermandad de Semana Santa. Como labor social, esa hermandad tenía una escuela y le daba clases a niños de un barrio humilde. Este profesor se puso enfermo y me pidió que lo supliera unos días. Yo estaba deseando dar clases y ellos estaban estudiando las propiedades de los líquidos. Yo me puse a dibujar los líquidos, a pintar las moléculas de líquido y a explicar la interacción entre sus moléculas usando notación vectorial. Eran niños de seis años y yo, estudiante de segundo de Física. Yo miraba a los alumnos y ellos me miraban a mí con cara de sorpresa. Uno de ellos me preguntó si lo que yo decía era verdad y yo le contesté que por supuesto. Entonces él me preguntó: “¿Entonces, cuando bebemos agua, nos tragamos todas esas flechas?”. Desde ese momento aprendí que un profesor debe estar atento a cómo los alumnos/as interpretan los mensajes que transmite.
"Mi objetivo cada día es prepararme mi clase y ayudar a los/as alumnos/as en todo lo que pueda"
-Si compara su época de estudiante con su etapa laboral, ¿por cuál se decantaría? ¿Por qué?
De mi época de estudiante ya te he hablado anteriormente. La Primaria fue regular; sin embargo, de la Secundaria tengo magníficos recuerdos y volvería sin ningún problema a mis catorce años. La etapa de la universidad fue una época de esfuerzo, pero la época peor de todas fue la correspondiente a las oposiciones. Cuando terminé la carrera, tuvimos una crisis económica como la que hay ahora, e incluso peor. Nos presentamos a las oposiciones libres más de trescientos/as profesores/as y solo había seis plazas. Yo, normalmente, me quedo con el hoy. Mi objetivo cada día es prepararme mi clase y ayudar a los/as alumnos/as en todo lo que pueda.
Francisco Sánchez Bejarano
Natalia Encinas Cabrera
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