La idea de un viaje supone soñar con un destino que se desconoce, en la mayor parte de los
casos, y que se va dibujando a medida que se acerca el día de la salida. Del
mismo modo, despierta en nosotros la ilusión, la imaginación y las ganas de
conocer otra cultura, lengua costumbres... Y, un año más, llegó ese momento tan
deseado del encuentro con nuestro correspondiente.
Este año, el alumnado francés del instituto Aiguerande de Belleville nos visitaba en primer lugar. Llegaron a Pozoblanco el 11 de marzo,
sobre las diez de la mañana. Durante
su estancia aquí, visitaron diversas localidades como Toledo, Sevilla y Córdoba, en las que pudieron conocer algunos de sus monumentos más destacados. Además, fueron recibidos por el Ayuntamiento de nuestra localidad, hicieron un recorrido por
algunas de las zonas de interés de Pozoblanco (la Casa de la Viga, la Plaza de Toros, la iglesia de Santa Catalina...) y se desplazaron hasta Belalcázar, donde realizaron, entre otras cosas, una visita guiada por el convento de Santa Clara.
Además de todas estas localidades, el grupo francés realizó
un día de convivencia familiar con sus respectivas familias y asistió a
clase durante parte de una jornada, en la que destacó la clase de Física y
Química, con doña Auxi Merino, en la que participó, junto al alumnado español
de 1º BC, en la realización de diversos experimentos.
El sábado 18 de marzo se despidieron de sus correspondientes españoles y tomaron el autobús rumbo a Madrid donde cogieron un avión que los llevó a la localidad de Lyon, desde la cual iniciaron el retorno hasta Belleville.
Y así es como llegó el final de una visita tan esperada y vivida con tanta intensidad que ya se contaban los días que quedaban para el reencuentro en su país y ciudad. Y es que el intercambio supone para muchos de nuestros alumnos la primera salida al extranjero, con lo que se convierte no solo en una actividad formativa, (inmersos en la lengua que estudian, mejoran las destrezas de comprensión y expresión oral ), sino también de madurez personal.
Y así es como llegó el final de una visita tan esperada y vivida con tanta intensidad que ya se contaban los días que quedaban para el reencuentro en su país y ciudad. Y es que el intercambio supone para muchos de nuestros alumnos la primera salida al extranjero, con lo que se convierte no solo en una actividad formativa, (inmersos en la lengua que estudian, mejoran las destrezas de comprensión y expresión oral ), sino también de madurez personal.
Por todo ello, la experiencia es única e irrepetible, y se valora como muy positiva entre el alumnado participante; en consecuencia, esperamos que este proyecto, que ya cumple cinco años, perdure en el tiempo.
Isabel Fernández Rodríguez
Isabel Fernández Rodríguez
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