Hoy vamos a entrevistar a don Rafael María García Herruzo, profesor de Lengua y Literatura de nuestro centro, el IES Antonio María Calero. Don Rafael nació el 24 de mayo de 1962 en Pozoblanco, estudió la EGB en el colegio Salesiano de Pozoblanco y el bachillerato, en el instituto Los Pedroches, también en Pozoblanco. Posteriormente, tras licenciarse en la facultad de Filosofía y Letras de Córdoba en Filología Hispánica, aprobó las oposiciones en el año 1988.
¿Ser profesor era su vocación de pequeño?
Sí, la verdad es que sí porque tengo hermanos que se han dedicado también a la profesión de la enseñanza. De hecho, mi hermano mayor es maestro de primaria, otro se ha dedicado a la enseñanza en la universidad y, por último, yo me dedico a la enseñanza de chicos y chicas tanto de secundaria como de bachillerato; así que lo tengo "mamado" porque en mi casa veía a mis hermanos dando clases particulares en verano y aquello me llamaba mucho la atención ya que veía que trasmitían sus conocimientos a chicos y chicas de vuestras edades y eso me hacía ver la importancia que tiene la educación para que la gente llegue y se desarrolle en la vida. En definitiva, fue una afición que tuve desde pequeño.
¿Cuál ha sido su mejor y peor experiencia en su trabajo?
(Suspira...). Como profesor las malas experiencias las suelo olvidar pronto. Ha habido momentos en los que han surgido enfrentamientos con algunos alumnos por diversas circunstancias, pero, como he dicho, intento olvidar pronto esas experiencias porque no quiero tenerlas de recuerdo ya que son pensamientos negativos que necesito borrar cuanto antes; sin embargo, experiencias positivas he tenido muchísimas: he conocido a personas excelentes; a alumnos que, aunque no tuvieran conocimientos muy altos, son muy buenas personas y he tenido alumnos cuyos hijos también han acabado siendo alumnos míos ya que llevo muchos años en la profesión. En realidad, he tenido más experiencias positivas que negativas.
¿Tiene alguna experiencia graciosa en sus años como profesor?
Muchísimas (jajaja). Hay algunas que se las he contado a mis alumnos y nos hemos hartado de reír y la última que recuerdo fue cuando yo ejercía el cargo de director. Yo siempre tengo la costumbre de llamar a la puerta de una habitación a la que quiero entrar cuando la veo cerrada y, tras llamar, pido permiso para entrar. Un día estaba dentro de mi despacho y, cuando iba a salir por la puerta para hacer un recado, llamé a mi propia puerta y pedí permiso (nos reímos a carcajadas) y entonces fue una cosa chocante bastante cómica (vuelve a reír).
¿Cuánto tiempo lleva ejerciendo esta profesión y en qué centros y ciudades ha estado?
Empecé en el año 1988. Durante el curso 1988/1989 estuve aquí, en Pozoblanco, donde, tras aprobar las oposiciones, estuve un año de prácticas. Luego tuve plaza definitiva en un instituto en Marbella, pero me ofrecieron la oportunidad, mediante una comisión de servicios, de irme como director a Villanueva de Córdoba, a un centro experimental educativo. Luego pude volver a Pozoblanco y desde el año 90/91 estoy aquí en el centro.
En definitiva, he estado en Pozoblanco, Marbella, Villanueva de Córdoba y de nuevo en Pozoblanco no he tenido que dar las vueltas que han tenido que dar muchos profesores entonces he estado en pocos sitios y centros.
¿Se arrepiente de haber sido profesor?
Nunca (niega rotundamente). Algunas veces te vas a casa un poco enfadado porque no te han salido las cosas como tú querías que salieran, pero llevo ya treinta y tres años dando clase y nunca se me han quitado las ganas de ser profesor. Es justo lo contrario, cada vez tengo más ganas, lo que pasa es que a veces tienes momentos de desánimo sobre todo en esta época en la que cada vez hay que invertir más tiempo en la realización de tareas burocráticas en detrimento de la enseñanza en sí, que es lo que me gusta a mí.
¿Cuáles son sus aficiones?
(Suspira) Me encanta la lectura, por eso soy profesor de Lengua y Literatura. Me gusta salir con los amigos, irme al campo, viajar, el deporte (ya por desgracia no lo puedo practicar porque tengo problemas en las piernas y el único deporte que puedo desarrollar es andar y nada más).
¿Qué es lo mejor que se lleva del instituto?
Lo mejor, la gente, el cariño de muchos alumnos que he tenido a lo largo de muchos años y que me saludan y, sobre todo, cuando me dicen que están trabajando aunque no sea en lo que querían. Esa es la mayor alegría que me puedan dar. De modo que me llevo el cariño de todos mis compañeros, tanto de profesores y profesoras como de vosotros mismos, del alumnado. Aunque haya alguno que te tenga menos aprecio, otros sí y me lo dicen.
Este es su último año impartiendo clase. ¿Qué supone para usted la jubilación? ¿Qué planes tiene para el futuro?
(Suspira y se ríe) Aún no me imagino cómo será mi jubilación porque llevo toda la vida dedicado a la enseñanza y me resulta un poco duro imaginarme jubilado. Espero que sea una etapa tranquila que dedicaré a viajar con mi mujer, que también fue profesora del centro y ya está jubilada. Además, mis hijos ya son mayores y se les puede dejar un poco solos. Pretendo disfrutar de la vida porque no sabemos lo que va durar, aprovechar al máximo el día a día y disfrutar hasta que las circunstancias, como la edad o una enfermedad, me dejen un poco apalancado.
¿ Quiere dar algún consejo al alumnado de este centro ?
Yo no soy quien para dar consejos, pero os digo una cosa: hay que esforzarse, trabajar, preguntar, insistir y ser amable. Este centro es lo que es gracias a todos vosotros, gracias al alumnado. Los profesores podemos desarrollar nuestro trabajo, que es educar y formar a los chicos y chicas, pero si vosotros no ponéis de vuestra parte, nada sería igual, no tendríamos barro para trabajar. Si yo soy alfarero y no tengo barro para trabajar, no puedo hacer nada, así que si vosotros estáis aquí, estáis para formaros, ser personas con más o menos posibilidades, pero lo importarte es que vais a ser los hombres y mujeres del mañana. Seréis nuestros próximos profesores, médicos, políticos, ingenieros...Para concluir la entrevista, ¿podría dedicar unas palabras de despedida al centro?
(Suspira...) Solo quiero decir que entre estas paredes he pasado años muy buenos de mi vida (los malos prefiero olvidarlos), he hecho buenas amistades con compañeros y quiero que siga siendo un centro de referencia en Pozoblanco ya que he luchado mucho por conseguir que esté donde está ahora y yo creo que se está consiguiendo cada vez más que la gente valore este centro (que durante años estaba más desprestigiado) como a los demás que hay en Pozoblanco. Gracias a la labor de profesores/as y a la labor impagable de alumnos/as y padres y madres durante los más de treinta tantos años que estado aquí, se ha podido mejorar el centro.
Gracias a vosotros.
Manuel Cardador Fernández (2º BA) y Pablo Ortiz Jiménez (2º BB)
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