Elena Medel es una de las voces poéticas jóvenes más destacadas de la poesía actual. Nacida en Córdoba, además de poeta, es ensayista, autora de relatos, articulista y editora. Sus poemarios Mi primer Bikini y Chatterton fueron galardonados, respectivamente, con el premio Andalucía Joven y Loewe en su categoría Creación Joven.
¿Cómo se inició en el mundo de la literatura?
¿Cómo se inició en el mundo de la literatura?
—Me enseñaron a leer —y a escribir— muy pronto, aún en la guardería. Apagaba la televisión a mitad del capítulo de la serie de dibujos animados, y lo terminaba con un relato, o versionaba los libros que leía. Con once o doce años me regalaron una antología de la Generación del 27, y descubrí la poesía, y comencé a escribirla.
Con tan solo 16 años, publicó su primer poemario, Mi primer bikini, que, además, obtuvo el premio Andalucía Joven. ¿Se considera usted una autora precoz?
Además de escribir poesía, ha escrito también ensayo y relatos. ¿En qué género se siente más cómoda? ¿Por qué?
—Depende más del proyecto que del género. Hay historias, o tonos, que me resultan más cercanas, y otras que se me resisten más, quizá por extrañeza o por novedad.
Además de dedicarse a la escritura, tiene usted una editorial, La Bella Varsovia. ¿Por qué decidió crearla? ¿Se siente a gusto en ese campo?
—Sí, me siento muy a gusto: edito a otros desde hace doce años y es un trabajo muy emocionante. La creé porque leía muchos originales de calidad, todavía inéditos, y pensé que, si nadie se animaba a publicarlos, quizá tendría que ser yo quien lo hiciera.
¿En qué se inspira a la hora de crear un poema?
—Casi siempre hay, en algún momento, una lectura de los textos de otro: un poema, o un relato, o una novela, o un ensayo, etcétera, que me sugieren un título, una imagen, o una música... También mi propia vida, o la vida que me cuentan otros, etcétera.
Sus poemas han sido traducidos, además de a las principales lenguas del mundo (inglés, francés, alemán...), a otras como el árabe, el armenio, el polaco o el swahili. ¿Qué siente al saber que su voz poética llega tan lejos, a personas de culturas tan diferentes a la nuestra?
—Es una sensación extraña. El poema ya no es mío, sino que el traductor en cierto modo lo “reescribe”, como si esos lectores leyeran otro texto.
—Para mí la poesía es una mirada, algo así como un filtro para entender la realidad. La poesía es un género literario, pero también un latido que está en otras disciplinas artísticas o, por supuesto, en la vida.
¿Qué opinión tiene de la poesía española actual?
—Muy positiva. Se escriben, sobre todo, buenos poemas: con decisiones muy diferentes en el tono y en la temática, de generaciones distintas, y con una relevancia cada vez más potente de la escritura de mujeres.
¿Está escribiendo algún libro actualmente? ¿Puede adelantarnos algo sobre él?
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