Don Alejandro Saldaña nació en Puente Genil, Córdoba, en 1981. Tras desempeñar su labor profesional en otros campos, actualmente, imparte clase de Educación Plástica y Visual en nuestro centro, concretamente a primero y segundo de ESO.
¿Qué quería ser de pequeño?
Pues desde pequeño me llamaba mucho la atención ver a mi padre cuando pintaba al óleo en sus ratos libres, y empecé a querer practicar con los pinceles yo también, por lo que me fue gustando cada vez más el mundo de la creatividad. Mis juegos favoritos eran los que consistían en inventar y en crear. No tenía muy claro si quería ser pintor, diseñador o artista plástico, pero a medida que fui creciendo me di cuenta de que también me encantaba comunicar y enseñar, así que al final me decanté por la educación.
¿Qué carrera estudió? ¿Por qué?
Hice Bellas Artes porque me parecía una muy buena manera de aprender en todos los ámbitos del arte. Luego, una vez que terminé, me di cuenta de que no había aprendido lo suficiente sobre una de mis pasiones que es el cine, por lo que me decidí a hacer un máster en cinematografía.
Si no hubiera estudiado esta carrera, ¿cuál hubiese estudiado?
No me imagino qué otros estudios podría haber hecho, porque tenía muy claro que me gustaba mucho el arte,pero supongo que con la cantidad de grados superiores que existen a día de hoy, habría encaminado mis estudios hacia el diseño gráfico, la ilustración o la creatividad audiovisual.
¿Cuándo decidió ser profesor de Plástica?
Al terminar la facultad me di cuenta de que se me daba muy bien comunicar, y los profesores me recomendaban encaminar mis pasos hacia algún sector donde pudiera desarrollar esa faceta, así que me decanté por la educación porque también me gusta mucho involucrarme con los jóvenes y creo que se puede conseguir hacer una buena labor en la sociedad a través de ellos.
¿Ha ejercido otra profesión?
Sí, muchísimas. Mi vida laboral es muy extensa… He trabajado muchos años en la recolección de la aceituna, y luego trabajé para pagar mis estudios como camarero en varios restaurantes y cafeterías, así como de repartidor, de reponedor, de limpiador, en un cine de portero… Los años de facultad me los pasé trabajando para no tener que recurrir a mis padres y que ellos me lo pagaran todo. Cuando terminé, ya con más formación, trabajé como diseñador gráfico en una empresa de venta
online y en el ayuntamiento de mi pueblo realizando la cartelería para todos los eventos culturales.
¿Cuántos años lleva impartiendo clase?
Llevo cuatro años trabajando como profesor en la educación pública, aunque anteriormente había trabajado también como monitor de extraescolares, que es un trabajo muy parecido, y como profesor en un colegio privado de Córdoba.
¿Ha trabajado en otros centros?
Sí, he trabajado en los IES: “Bahía de Almería” (Almería), “Santísima Trinidad” (Baeza), “Marqués de Comares” (Lucena), “Luis Carrillo de Sotomayor” (Baena), “Sagrada Familia” (Córdoba) y el CEIP “Santa Bárbara” (Cerro Muriano).
¿Se ha arrepentido alguna vez de haber tomado la decisión de ejercer su profesión?
En ocasiones el trabajo de profesor puede ser muy complicado, sobre todo cuando el alumnado no muestra interés en nada y mantiene una actitud negativa en clase, pero por lo general casi siempre he sabido sacar cosas buenas de mis alumnos y alumnas porque me considero una persona muy dialogante y tengo bastante paciencia. Me gusta mi profesión y quiero seguir ejerciéndola aunque en algunos momentos sea una tarea muy ardua. La vida está llena de retos y hay que seguir aprendiendo cada día.
¿Qué es lo que más le gusta de ser profesor? ¿Y lo que menos?
Cuando te esfuerzas en hacer un trabajo bien, casi siempre obtienes buenos resultados y en este trabajo los logros los indican todos los alumnos cuando perciben que están aprendiendo cosas útiles y productivas para ser personas más completas, con inquietudes y motivaciones. Al final de curso es muy gratificante saber que los alumnos han evolucionado y crecido como personas, son más maduros, más sensibles y tienen despierta la curiosidad al ver todo tipo de expresiones artísticas. Eso es lo que más me llena como persona y como profesional y, por el contrario, lo que menos me gusta son las malas actitudes o las faltas de respeto que algunas veces nos encontramos todos los profesores.
¿Por qué cree que son necesarias las clases de Plástica en Educación Secundaria?
A través del arte se pueden enseñar muchos valores, como por ejemplo la sensibilidad (saber llegar a la emoción de una persona), la creatividad (tener la capacidad de inventar soluciones nuevas a los problemas), el respeto (aceptar que cada uno tiene una visión única de las cosas) y la empatía (respetando que cada emoción que expresa el arte nace del interior de una persona como nosotros). En el mundo actual, donde parece que importa más lo material, el dinero, aparentar ante los demás… es muy positivo saber que existen otras formas de relacionarse con los demás, desde la empatía, el respeto, la sensibilidad, etc.
Y también es muy importante despertar la curiosidad en los alumnos, que sepan expresar todo lo que sientan a través de su creatividad, que entiendan el arte como un recurso muy sano para su crecimiento personal.
¿Tiene alguna anécdota graciosa como docente?
Pues hay muchas, y se van acumulando a lo largo de los cursos, pero me hizo mucha gracia cuando, en un examen, un alumno escribió que la pintura “La Gioconda” (o Mona Lisa) era de un autor muy famoso que se llamaba Leonardo Di Caprio… No pude evitar contener la risa. También hubo alguno que me hablaba de Pablo Picachu… aunque ese creo que quería hacer la gracia apropósito.
¿Qué le parece nuestro instituto? ¿Se siente cómodo en él?
Es muy buen centro y el alumnado, por lo general, es muy respetuoso. Siempre es difícil adaptarse a un centro nuevo con funcionamientos o normas diferentes, pero la vida de los profesores interinos tiene esa complicación. He conseguido adaptarme aunque haya requerido de mucho esfuerzo, sobre todo por vivir lejos de mi familia y de mis amigos. Estoy cómodo en el IES y agradezco que los compañeros me ayuden a sentirme uno más del equipo educativo.
¿Cuáles son sus aficiones?
Pues me encanta el cine, casi todos los fines de semana voy a ver alguna película. También me gusta el teatro, la música
indie y disfruto mucho viajando. Creo que habré estado en unos 20 países, pero nunca me canso de conocer mundo, vivir experiencias inmerso en otras culturas y disfrutar del arte de otras sociedades diferentes a la nuestra. He vivido en tres países: Reino Unido, República Checa y Canadá, y de cada país he aprendido cosas muy valiosas. Existen millones de lugares en el mundo que merecen la pena y no conocemos, por eso es muy gratificante viajar. También tengo aficiones más artísticas, como pintar, diseñar carteles con
Photoshop, o realizar maquetas en miniatura de edificios o de escenografías históricas, etc.
¿Le hubiera gustado dedicarse profesionalmente a la confección de maquetas?
No me importaría, pero es cierto que el maquetismo lo entiendo como un hobby, me entretiene y me relaja, pero no es que lo vea como una profesión. Casi siempre las maquetas tienen su utilidad para que los arquitectos visualicen sus proyectos, por eso creo que quizá habría tenido que estudiar arquitectura para convertir mi hobby en un trabajo. Y lo cierto es que desde siempre me motivaban mucho más el arte y la enseñanza.
¿Cómo se ve dentro de 10 años?
Me gustaría haber conseguido la plaza definitiva como profesor y poder estabilizarme para terminar de reformar mi casa y disfrutar de ella, pero al mismo tiempo viajar todo el tiempo que pueda y conocer el mundo, que es tan fascinante y tan extenso, que ni en dos vidas podríamos abarcarlo. Sobre todo, me gustaría seguir creciendo como persona y aprender sobre muchas cosas, no perder nunca esta curiosidad que tengo y transmitir las cosas que sé a mis alumnos.
Aunque los profesores aquí en el IES seamos los que enseñamos, siempre estamos en un continuo aprendizaje y nunca hay que perder esa inquietud.
¿Quiere dar algún consejo al alumnado o profesorado de nuestro centro?
Pues al hilo de lo que dije antes, creo que sea cual sea nuestro trabajo, no dejamos de aprender nunca durante nuestra vida; también los profesores estamos aprendiendo de los alumnos y eso nos hace mejores profesionales cada día. Por eso es muy sano que haya comunicación entre profesores y alumnos, que el alumnado no nos vea como unos simples examinadores, sino que se involucre en crear una mejor educación, porque eso hará que la sociedad sea mejor. Y esa comunicación nace del respeto y la empatía, entendiendo que la desidia, la negatividad y la pasividad nos estancan como personas. Sería genial apostar por el esfuerzo y la ilusión para evolucionar y llegar a alcanzar nuestras metas, convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. ¡Las claves de todo son la empatía, la ilusión y la superación!
¡Gracias por vuestro interés en mí para esta entrevista! ¡Ha sido un placer!
Ana Herrero Murillo (2º BA)