Esther Cangas Escribano nació en Pozoblanco en 1992. Cursó Primaria en el colegio "Manuel Cano Damián", Educación Secundaria Obligatoria en el IES "Los Pedroches" y Bachillerato en el IES "Antonio María Calero", los tres en la localidad de Pozoblanco. Al acabar sus estudios de Bachillerato, se mudó a Granada para realizar el grado de Traducción e Interpretación por la especialidad de francés.
¿Cómo recuerdas tus años en el IES "Antonio María Calero"?
Fueron unos años muy enriquecedores, pero también un poco estresantes. Realicé los dos cursos de Bachillerato en el instituto y los recuerdo con especial cariño. El ambiente tanto en clase como en el centro era muy bueno y todos los alumnos estábamos ilusionados y nos esforzábamos mucho por conseguir las metas que nos habíamos marcado cuando saliésemos del instituto. En mi caso, esa meta era estudiar traducción e interpretación en Granada y la nota de corte era bastante alta, de ahí que también fueron unos años algo estresantes debido a la cantidad de horas que tuve que pasar estudiando para aprobar Bachillerato y para superar el examen de selectividad.
¿Qué te motivó a cursar tu grado? ¿Fue muy complicado superarlo?
Desde pequeña he tenido contacto con los idiomas en el ámbito familiar y en el momento en el que empecé a estudiar francés en el instituto me di cuenta de que me encantaba. A medida que pasaron los años, me di cuenta de que el francés era mi pasión, de ahí que decidiese hacer la carrera de traducción e interpretación por esa especialidad. En la carrera tuve que trabajar mucho, pero me encantó hacerla, ya que era lo que me gustaba. Creo que lo más reseñable fue el año que pasé en Francia de Erasmus. En Lyon aprendí mucho sobre la cultura, las costumbres y la forma de ser de los franceses.
¿Has hecho algo posterior a tu grado?
Tras finalizar mi grado, realicé el máster universitario en Administración y Dirección de Empresas Turísticas y el máster de Profesorado, ambos por la Universidad de Granada.
¿Qué puedes contar sobre tu experiencia en Francia?
La primera vez que viví en Francia fue durante mi segundo año de carrera, curso que realicé al completo en Lyon gracias a una beca Erasmus. Fue una experiencia muy enriquecedora, aunque a veces fuese un poco duro adaptarse a las costumbres de allí, especialmente a los trámites administrativos. Esta experiencia me permitió probarme a mí misma y hacerme más independiente. También pude vivir en primera persona la cultura francesa, así como hacer vida cotidiana en la lengua que llevaba siete años estudiando y que me gustaba tanto. Durante esta etapa aprendí mucho sobre la vida en Francia con sus pros y sus contras y esto me hizo también valorar con una visión más objetiva lo que tenemos en España.
¿Cómo o por qué tomaste esa decisión?
Al principio me daba un poco vértigo, tenía 19 años y solo hacía algunos meses que vivía fuera de la casa de mis padres, e irme sola tan lejos me asustaba un poco, pero al final me decidí porque tenía muchas ganas de formar parte de la cultura francesa, conocer gente nueva, viajar por el país todo lo que pudiese y ponerme a prueba a mí misma. Y la verdad es que, a pesar de que hubo algún que otro momento un poco difícil, no me arrepiento para nada, al revés.
¿Has regresado a Francia después de tu estancia en Lyon?
Tras finalizar mi Erasmus en Lyon, volví a Granada para acabar mi grado y realicé también los dos másteres. Cuando acabé, decidí volver a Francia otra vez, esta vez a trabajar.
Entonces, no siempre ha sido por el mismo motivo, ¿verdad?
Efectivamente. La primera vez fue para estudiar mi segundo año de carrera en Lyon, la segunda fue para trabajar como auxiliar de conversación en Auxerre. Mi experiencia laboral en Francia fue fantástica. Gracias a este periodo que pasé en Auxerre, pude probar mi pasión por la docencia, mejorar mi francés y hacer buenos amigos. También me permitió conocer el sistema educativo francés desde dentro.
¿Qué haces actualmente?
Tras darme cuenta de que la docencia me gustaba durante mi periodo en Auxerre, decidí seguir ese camino cuando volví a España. Actualmente trabajo como profesora interina de francés en Mota del Cuervo, en la provincia de Cuenca, y la verdad es que estoy disfrutando mucho. Pienso que la mejor manera de compartir una pasión es enseñarla, al menos así lo estoy viviendo yo. Estoy realmente a gusto en mi trabajo, aunque a veces la clase es difícil de llevar porque hay niveles muy distintos entre los alumnos.
¿Qué les dirías a los actuales estudiantes de Bachillerato para motivarlos?
Que se tomen en serio los estudios y que sigan esforzándose, pero intentando no agobiarse. Recuerdo que los años de Bachillerato eran algo duros para todos los alumnos, ya que en esos años tienes la sensación de tomar decisiones que condicionarán toda tu vida: escoger carrera, el lugar en el que estudiar, etc. Es verdad que son decisiones importantes y que hay que reflexionar sobre ellas, pero no hay que perder de vista que, en caso de equivocarnos, siempre hay manera de redirigirnos. Con esfuerzo, constancia y metas tarde o temprano todo acaba saliendo bien.
Miriam Redondo Galán (2º BA)