En
este reportaje hemos querido hacer un breve recorrido por el origen y la
historia de Pozoblanco, haciendo hincapié en algunos de los episodios que, tras
la labor de documentación que hemos llevado a cabo, nos han parecido más
destacados y también más llamativos.
Además,
hemos contado con la ayuda y colaboración del que fuera profesor de nuestro
centro durante más de 30 años, el profesor e historiador don José Luis González
Peralbo quien, de forma amable, se ha prestado a facilitarnos información y a
respondernos a una serie de preguntas que incluimos al final de este reportaje a modo de entrevista.
ORÍGENES DE LA LOCALIDAD
El origen de Pozoblanco no cuenta con una
documentación precisa. Respecto a él, a su ubicación en el Pozo Viejo y a sus
posibles fundadores, don José Luis González nos explicó que "existen más
informaciones legendarias que datos contrastados. La primera vez que aparece el
nombre en la documentación es a comienzos del siglo XV.
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Don José Luis González Peralbo |
Lo de ese pozo es discutible, no hay duda de que
estaba junto al arroyo, hoy soterrado, que cruza por el centro de la población.
La mayoría lo identifican con el lugar en el que está emplazado el llamado Pozo
Viejo, algunos lo sitúan en la orilla opuesta del arroyo, en la manzana que
ocupa hoy el ayuntamiento. La ladera que baja desde San Sebastián y San
Bartolomé hacia el Pozo Viejo es la zona de poblamiento más antigua de
Pozoblanco.
No hemos identificado aún a los primeros pobladores;
aunque existen vagas referencias, no sabemos sus apellidos, información que nos
proporcionaría indicios evidentes de la posible procedencia geográfica de
lugares próximos, o de lo contrario.
La información transmitida de forma oral afirma que
el pozo y los terrenos aledaños fueron el lugar elegido por unos cuantos
pobladores de Pedroche que venían huyendo de la peste, o bien que el traslado
fue una forma natural de colonización de ganaderos en busca de nuevos pastos
para el ganado, o incluso un destierro más o menos voluntario de gente de otras
villas descontenta y acuciada por la necesidad".
En un principio, Pozoblanco dependió
administrativamente de Pedroche hasta que, alrededor de 1478, obtuvo el título
de Villa, posiblemente de manos de los Reyes Católicos.
En la época medieval la historia de Pozoblanco va
ligada a la de las llamadas Siete Villas de los Pedroches hasta 1836 en que se
produce la ruptura de esta comunidad y las tierras comunales son repartidas
entre los pueblos que la constituyen.
Pozoblanco obtiene el título de ciudad de manos de
Alfonso XIII, el 22 de abril de 1923.
DENOMINACIÓN DE LA LOCALIDAD
En cuanto al nombre de este pueblo, Pozoblanco, don
José Luis nos comentó que "corresponde a la existencia en el lugar de un
pozo cuyo brocal era de color blanco. Precisamente la forma frecuente de
aparecer el nombre en los documentos hasta el siglo XVII fue la de Pozo Blanco
y aún hoy nos topamos de vez en cuando con esa grafía.
El nombre surgió, sin duda, de la necesidad de
identificar a un núcleo diferenciado de pobladores con un hito geográfico
expreso y reconocible para los vecinos de localidades próximas.
En cuanto a las propiedades del nombre elegido,
imagino que para un filólogo resulta sencillo de explicar, se trata de un
topónimo; un amante del esoterismo y de los símbolos hará referencia a su ubicación
en un lugar mágico y resaltará las propiedades de sabiduría y conexión con la
madre tierra que representa el pozo, intensificadas con la presencia de la
encina; para un fanático de los juegos de mesa el pozo es, simplemente, el game
over, la necesidad de comenzar de nuevo, como les sucedió a los primeros que se
instalaron aquí. Un historiador aprovechará esas y otras fuentes de información
y tratará de plantear una hipótesis satisfactoria.
Y el color blanco del pozo, al parecer, era debido a
los excrementos de las aves, aunque no tengo claro que don Rafael Cuevas esté
de acuerdo con ese matiz monocromático asignado a las deposiciones de ciertos
pájaros".
El gentilicio con el que popularmente se conoce a
los pozoalbenses, "tarugos", viene del antiguo comercio que la gente
de esta ciudad realizaba con leña. La distribuían en un camión por los pueblos
de la zona, pitando al llegar a algún pueblo para vender la mercancía. La
gente, cuando los oían llegar, salía por las ventanas avisándose unos a otros,
gritando: "¡Ya vienen los tarugos!", para referirse a los troncos de
madera.
POZOBLANCO Y LA GUERRA MUNDIAL
La floreciente industria textil pozoalbense se ve
perjudicada por el bloqueo que los aliados impusieron a algunos productos.
Dicha industria necesitaba materias primas procedentes de los países en guerra
y estos no les llegan. En noviembre de 1917, en plena guerra, se recibe en el
Ayuntamiento de Pozoblanco una petición de la Asociación de Hiladores de
Sabadell. En ella se pide a la alcaldía que apoye un escrito dirigido al
Ministro de Estado para que medie ante Inglaterra, ya que esta última ha
prohibido la exportación de acero, un material indispensable para realizar las
cintas de carda, tan importantes en la industria textil y su proceso de
fabricación.
La industria textil pozoalbense tenía en la fábrica
de Los Muñoces, (en 1917 se llamaba Muñoz y Compañía) y estaba liderada por la
familia Muñoz Cabrera.
POZOBLANCO DURANTE LA GUERRA CIVIL
La Batalla de Pozoblanco, una de las batallas más
destacadas de los llamados frentes de Andalucía y Córdoba, fue un
enfrentamiento ocurrido durante la Guerra Civil Española que tuvo lugar en la
localidad de Pozoblanco y que terminó con victoria republicana. Los combates se
produjeron entre el 6 de marzo y el 16 de abril de 1937. Dado que sucedió al
tiempo que estaba teniendo lugar la famosa Batalla de Guadalajara, pasó
prácticamente desapercibida y no alcanzó la importancia que realmente tuvo.
VISITA DE LOS REYES A POZOBLANCO EN 1979
Los Reyes de España visitaron Pozoblanco el 3 de
abril de 1976 y sus habitantes los acogieron de forma entusiasta. Esta visita
constituyó un hito para Los Pedroches de la época, poco acostumbrados a la
atención de los medios de comunicación ni de las autoridades.
A su llegada, el alcalde de la época, Mateo Dueñas,
dirigió estas palabras a los monarcas: "Nuestra comarca, como habréis
podido observar, está fuera de las rutas vitales del país. Aquí hay que venir
expresamente, porque no se pasa hacia otros sitios. Este relativo aislamiento
geográfico y las duras condiciones climáticas y del suelo han producido a lo
largo de los siglos una clase de gentes esforzadas y laboriosas por su propia
supervivencia...".
MUERTE EN POZOBLANCO
El 26 de septiembre de 1984 en la plaza de toros de
Pozoblanco (Córdoba), Francisco Rivera “Paquirri” sufrió una cornada de un toro
a raíz de la cual se le rompieron las venas ilíaca, safena y la arteria
femoral. Un vídeo registró el incidente y escenas del torero hablando en la
enfermería.
Paquirri, todavía consciente, y con una notable tranquilidad, dadas
las circunstancias, explicaba al doctor el tamaño y la trayectoria de la
herida:
«Doctor, yo quiero hablar con usted o no me voy a
quedar tranquilo. La cornada es fuerte. Tiene al menos dos trayectorias. Abra
todo lo que tenga que abrir, lo demás está en sus manos. Y tranquilo, doctor».
El torero no pudo ser bien atendido debido a las
limitaciones de la enfermería y, sin poder contenerle la hemorragia, falleció
cuando era trasladado al Hospital Reina Sofía de Córdoba. En un intento
desesperado de salvarle la vida, se le trasladó hasta el Hospital Militar, el
más cercano, con la esperanza de conseguir reanimarlo allí; sin embargo, nada
se pudo hacer por revertir el paro cardiorrespiratorio que había sufrido. Dos
días después, miles de personas le dieron el último adiós en la Plaza de la
Maestranza de Sevilla. Fue sepultado en el Cementerio de San Fernando.
OBRAS DE CONSTRUCCIÓN DE LA ERMITA DE SAN
GREGORIO
En el Libro de Cabildos, custodiado en el Archivo
Municipal, queda reflejado en varios cabildos el interés de los vecinos de
Pozoblanco y autoridades por la construcción de la ermita de San Gregorio, y
cómo las obras se alargaron en el tiempo. Reunidos en cabildo los alcaldes,
procuradores de esta villa y demás vecinos el día 15 de agosto de 1621, se
nombró a Bartolomé Sánchez Alcaide mayordomo y obrero de la ermita de San
Gregorio y se le pidieron dos cosas, ciencia y conciencia, para la ejecución de
las mismas. Posteriormente, en el cabildo municipal del 5 de octubre de 1625,
se juntaron a cabildo abierto a toque de campana para tratar el mismo asunto,
ya que las obras estaban poco adelantadas, y se designó nuevo mayordomo de la
obra a Andrés López Peralbo. En el cabildo con fecha de 14 de junio de 1629, se
reunieron en cabildo abierto diversas autoridades y vecinos para tratar el
estado en el que se encontraba la ermita tras más de 10 años de parón en sus
obras por falta de limosnas. Como solución a esto, proponen nombrar una especie
de comisión que se encargue de buscar limosnas y continuar las obras.
EL NOMBRE DE LAS CALLES
El nombre de las calles de una población se
encuentra vinculado a su historia y a sus habitantes, y cómo no, a quienes
gobiernan. Tal es el caso de Pozoblanco.
Los nombres de algunas de sus calles se remontan a
épocas remotas: las calles Bautista, Juan Torrico, Pedrajas, Peñascal o Romo.
También las denominaciones populares de otras como calle de la Iglesia
(Benedicto XV), la calle Nueva (San Bartolomé), la Empedrada (Fernández
Franco), el Barranco (Virgen de Lourdes), las Escoronás (Ramón y Cajal),
Cantarranas (Muñoz de Sepúlveda), la Ribera (Obispo Pozuelo)...
Es durante el siglo XX cuando se producen cambios
más significativos en el callejero de la localidad. Es lo que ocurre con la
calle Real, una de las más antiguas de la población, que se llamó calle
Constitución en 1841; Avenida de la República de 1931 hasta finales de marzo de
1939;Generalísimo, desde esa época hasta 1979, para volver a denominarse
nuevamente, tras la restauración de la democracia, calle Real. Otro tanto
sucede con la calle Mayor, conocida popularmente como calle ``El Toro: se llamó
Wilson tras la Primera Guerra Mundial; después, Alfonso XIII; Galán y García Hernández,
durante la República, y Avenida de José Antonio durante la dictadura del
general Franco.
ENTREVISTA A DON JOSÉ LUIS GONZÁLEZ PERALBO
¿Cuántas
investigaciones sobre Pozoblanco ha hecho?
La verdad es que llevo muchos años dedicado a la
investigación local y comarcal. En su mayor parte, la información que obtengo
la almaceno digitalmente y la clasifico. En menor medida la destino a elaborar
algún libro, artículos, jornadas, colaboraciones, proyectos o conferencias, o
bien a proporcionarla a todos aquellos que me la solicitan para diversos fines.
No puedo dar una cifra, no llevo la cuenta.
¿Sobre
qué aspectos de Pozoblanco ha investigado concretamente?
Variados. Desde la crónica histórica propiamente
dicha, de periodos concretos o de eventos tradicionales (como guerras, ferias o
romerías), hasta cuestiones relacionadas con cofradías, instituciones y formas
de vida religiosas, biografías, guías histórico-artísticas, urbanismo, sanidad,
demografía o bien genealogía, una disciplina esta que me encanta y me ayuda a
conocer de cerca a la gente de Pozoblanco y las vicisitudes de sus antepasados.
La documentación aporta informaciones de todo tipo, te obliga a seleccionar
según tus intereses o tus preferencias.
Cuando
se documenta para realizar un estudio histórico, ¿a qué fuentes de información
acude? ¿Es complicado tener acceso a ellas?
Es importante contar con una preparación académica,
tener en cuenta y aplicar los conocimientos históricos que has aprendido. La
labor docente que he desarrollado durante casi cuatro décadas me ha sido muy
útil a la hora de sistematizar y acotar el estudio para hacerlo accesible a los
demás.
La bibliografía producida por otros investigadores
es también esencial, así como la prensa histórica y otras fuentes
digitalizadas. Pero la base y principal fuente de información histórica la
obtengo directamente de los archivos a los que acudo, bien sean notariales,
municipales, eclesiásticos, personales o de otro tipo. No siempre es fácil
acceder a ellos, es frecuente encontrarse con trabas. Hoy existen más recursos
y más facilidades, pero la experiencia personal me demuestra que la trayectoria
desarrollada y la confianza y el conocimiento de las personas adecuadas es la
mejor carta de presentación.
¿Ha
cambiado mucho el aspecto de Pozoblanco en el último siglo en cuanto a
población y diseño estructural de la localidad?
Curiosamente, en cómputo total de habitantes, la
cifra actual es prácticamente la misma que la de hace un siglo aunque en los
años sesenta y setenta se produjo un descenso considerable de población,
recuperado en las últimas décadas.
Sin embargo, la estructura urbana de la ciudad, que
lo es oficialmente desde 1923, ha sufrido una transformación considerable:
precisamente desde finales del XIX comenzó la expansión urbana más allá de los
límites casi invariables de tiempos pasados, expansión que siguió
preferentemente una dirección Noroccidental. La construcción de la carretera de
Andújar a Villanueva de la Serena, la vía férrea y la estación ferroviaria, la
creación de grandes talleres y fábricas, los nuevos barrios de casas baratas,
la prisión comarcal y el nuevo cementerio fueron algunos de los elementos de
atracción (el último, forzado).
En las últimas décadas esta tendencia se ha
intensificado junto con una modificación, adaptación y, en algunos casos, el
deterioro del casco antiguo. Creo que el observador atento distingue claramente
lo que sigue siendo pueblo de lo que pretende ser ciudad.
¿Sigue
siendo Pozoblanco una localidad básicamente agrícola y ganadera?
Salvo en los primeros tiempos de existencia,
Pozoblanco nunca ha sido una localidad estrictamente agrícola o ganadera. Es
verdad que la riqueza agropecuaria que ha desarrollado ha sido y es importante.
Pero si hay algo que caracteriza a Pozoblanco y la diferencia de todas las
demás poblaciones de su entorno es su pujanza artesano-industrial, la actividad
comercial y la prestación de servicios de todo tipo. De ahí los flujos
comarcales y la fuerte interdependencia que mantiene con las demás localidades
de los Pedroches.
En
el estudio que hizo sobre los apellidos de Pozoblanco, ¿qué fue lo más curioso
que descubrió?
La dualidad existente a lo largo del tiempo entre un
sustrato de población prácticamente inamovible, perdurable a lo largo de los
siglos con sucesivas generaciones familiares, y las aportaciones significativas
en cantidad y calidad de gente procedente de otros muchos lugares. Esta
simbiosis, lejos de provocar cambios radicales, de resultados inciertos, ha
permitido a sus pobladores adaptarse a los tiempos y renovarse, abrazando las
novedades al mismo tiempo que podían mantener su idiosincrasia y el carácter de
identificación con la tradición y el territorio.
Por supuesto, hay muchísimas cosas curiosas en la
genealogía histórica de los pozoalbenses. Desde la presencia continua, y en
considerable número, de personas extranjeras, especialmente de procedencia
portuguesa y francesa, que han dado lugar a apellidos como los Bautista,
Bernias o Yun, hasta la proliferación de apellidos muy particulares que resulta
difícil hallarlos en otros lugares (Fabios, Ranchal, Plazuelo, Herruzo,
Peralbo, Llergo, Torrico) o la existencia de apellidos que delatan enseguida la
procedencia pozoalbense, sobre todo si van emparejados, como los Cabrera,
Muñoz, Calero, Dueñas, Rubio, Moreno, Encinas, Rojas, etc.
A lo largo de los siglos, el apellido Muñoz ha sido
el más numeroso entre la población, hoy ya no lo es. De los nombres propios, ha
predominado el de María y sus variantes y también el de Catalina, sin duda por
la influencia de la advocación de la parroquia.
Hemos
visto que usted escribió un artículo sobre el Santuario de la Virgen de Luna.
¿Puede comentarnos algún dato que le llamara la atención sobre él?
Vengo escribiendo artículos, impartiendo
conferencias y aportando datos sobre la Virgen de Luna, la cofradía, el
santuario, la devoción popular y la implicación personal e institucional en
ella desde hace casi dos décadas. No sé exactamente a qué artículo os estáis
refiriendo. Si sirve como respuesta alternativa a la pregunta os diré que me
resultó emocionante descubrir en la documentación la alusión más remota sobre
la creación de la cofradía, siglo XVI; o la fabricación de las andas más
antiguas de las que tenemos noticia; la identificación y estudio biográfico de
algunos capitanes de siglos pasados; la construcción de la ermita actual y
asimismo la del camarín, el encargo del primer retablo y el autor del mismo…
En
la historia de Pozoblanco, ¿qué hecho cree usted que es el más relevante?
Es difícil nombrar un solo hecho, más aún decantarse
por uno concreto. Creo que el profundo conocimiento y aprovechamiento de las
actividades agropecuarias, la introducción y desarrollo de la artesanía y la
industria textil, la desamortización, la irrupción del ferrocarril o la
plantación del olivar son hechos históricos a tener muy en cuenta. Y el
espíritu emprendedor y de superación del componente humano, tanto del sustrato
propio como del que se ha ido añadiendo, todo ello vivido con un talante
conciliador y tolerante, salvo momentos excepcionales. En este aspecto, creo
que Pozoblanco ha sido un pueblo muy afortunado.
¿Qué
papel jugó Pozoblanco durante la Guerra Civil?
Posiblemente, ha sido el episodio más dramático, el
más cruel y el más triste que le ha tocado vivir a los pozoalbenses a lo largo
de su dilatada historia. Tendrá que pasar aún una generación más para que se
amortigüe la impresión causada sobre la población y se reduzca su protagonismo
estrictamente a un carácter histórico, como la guerra de Independencia u otro
acontecimiento relevante del pasado.
La importancia de Pozoblanco durante el citado
conflicto bélico es algo a resaltar porque, a diferencia de la mayoría de
poblaciones españolas, la localidad estuvo durante todo el conflicto en el
mismo frente de batalla, asediada con operaciones bélicas permanentes, sin
descanso alguno, sometida a una presión psicológica y a una destrucción
material terribles. Desde ella se dirigió gran parte de la resistencia
republicana y se contuvo el avance de los ejércitos franquistas por un espacio
considerable del territorio del sur del país.
Y la denominada Batalla de Pozoblanco, que en
realidad afectó a casi toda la comarca de los Pedroches y a gran parte de la
del Guadiato, no siendo excesivamente conocida fue, sin embargo, una de las más
importantes de toda la guerra.
Muchas
gracias, don José Luis.
A vosotras, ha sido un placer.
Pilar García Fernández, Conchi Lisedas Gily María
Sáez Llergo (2º BA)