Sin lugar a dudas, estamos en el
siglo de la tecnología y de todo lo relacionado con lo audiovisual, series y
cine inclusive. En general, los que más consumen este tipo de entretenimiento
son los jóvenes y los adolescentes puesto que ya han nacido en esta nueva era
llamada por algunos historiadores, la tercera revolución industrial,
supuestamente iniciada a mediados del siglo XX, pero que ahora y más que nunca
sigue presente, sobre todo por la producción masiva de dispositivos electrónicos
tan importantes en nuestro día a día, como el ordenador o el teléfono móvil.
Ángela Galán Fabios (2º BA)
Por una parte, es necesario el
uso de estas nuevas tecnologías que se
nos ofrecen ya que llegan a resultar la
opción más fácil, no solo para los jóvenes a la hora de mandar distintos
trabajos o deberes, sino también para adultos que trabajen en ciertos sectores
que necesiten obligatoriamente el uso de ordenadores u otros dispositivos.
Pero, por otra parte, esta utilidad puede
llegar a provocar ciertas experiencias críticas en la vida de las personas que
no hayan sabido aprovechar las verdaderas ventajas de este uso o que, por
Internet, les han causado momentos perjudiciales para su vida. Ejemplo de ello
son los casos de ciberacoso que han sufrido tantas personas en los últimos
años, sobre todo, los adolescentes. Según una encuesta de UNICEF, un 6.9 % de los estudiantes españoles en 2016 dice haber
sufrido este tipo de acoso. Otro ejemplo de lo perjudicial que puede llegar a
ser el uso excesivo de los dispositivos eléctricos es la adición que estos
generan. Según psicólogos, provocan cierto aislamiento social, dificultades a
la hora de estudiar y de aprender nuevos conocimientos, pérdida del sentido de
la realidad, aprendizaje de la violencia y del abuso de los derechos humanos,
disminución de los rendimientos escolares o laborales o la pérdida de emociones
y afectos. Un estudio psicológico afirma que entre el 6% y el 9% de los
usuarios de Internet tienen problemas de adicción, originando así un nuevo
trastorno que hoy en día se encuentra
dentro de los más numerosos y que los
psicólogos llaman TAI (Trastorno de adicción a Internet), el cual deriva, como el
propio nombre indica, del abuso de las nuevas tecnologías.
Sin embargo, se puede escapar de
este nefasto o excesivo uso de los móviles u ordenadores. Algunas soluciones, dirigidas sobre todo a los jóvenes y a los padres, son la de conversar y crear
vínculos más fuertes en la familia para así aumentar la comunicación entre los
miembros de esta, crear iniciativas en
los colegios y los institutos para enseñar cómo hacer un buen uso de los medios
informáticos y las redes sociales, limitar las horas de este consumo a los
hijos, escoger programas o series que eduquen en valores a los jóvenes y, por
último y no menos importante, que los
padres se conviertan en modelos para sus hijos ya que, si estos últimos ven en
sus casas que sus padres emplean la
mayor parte de su tiempo en redes sociales o en otras actividades que requieran
de este tipo de dispositivos, los hijos también lo harán así.
Ángela Galán Fabios (2º BA)
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