Gregorio, un banquero muy
tradicional, protestón y, sobre todo, muy madridista, se ve obligado a cumplir la última voluntad de su mujer: unir de nuevo a su familia, pasando un fin de semana en
Sanlúcar de Barrameda con sus hijos, para esparcir las cenizas de su difunta
esposa en el río Guadalquivir.
Aquí es donde empiezan los problemas, cuando no solo van sus
hijos sino también sus parejas. Su hija Sandra está casada con Jordi, al que
Don Gregorio no soporta, un catalán muy del Barça, que pretende llevar a su
futuro hijo a un colegio bilingüe en Barcelona. Su hijo Carlos, el más pequeño,
con el que este no se habla desde hace seis meses tras mostrar su sexualidad,
se presenta con su novio, Eneko, un vasco de origen senegalés. Eneko, un yerno que Don Gregorio, nunca se imaginaría que tendría. Y su hija Alicia está saliendo con Leo, un "perro flauta" como Gregorio lo llamaba, al cual tampoco podía ni ver. Pero
Alicia en este viaje acaba encontrando un nuevo amor, Alejandro, el chico perfecto.
Este viaje servirá a la familia de María a limar sus asperezas
y a intentar aceptar los defectos de cada uno.
Bajo mi punto de vista recomiendo esta producción del español Álvaro Díaz Lorenzo, que tira mucho de tópicos, pero es efectista, sencilla y, sobre todo, muy divertida. Esta película combina el humor con situaciones que se llevan a cabo en la actualidad, como es el racismo, la exclusión social y el enfrentamiento entre catalanes y españoles.
Patricia Ruiz Moreno (2ºBA)
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