jueves, 9 de noviembre de 2023

DOÑA ANGÉLICA LÓPEZ CARDADOR: "No somos ni buenos ni malos, todos tenemos algo que aportar y, si ayudamos a los demás, esto puede ser mucho".

Doña María Angélica López Cardador es de Pozoblanco y ha estudiado en el colegio La Inmaculada y en el que hoy es el IES Los Pedroches. Se licenció en Filología Inglesa y, actualmente, da clases de inglés en nuestro centro desde el 2003. Le hemos realizado unas preguntas para saber más acerca de ella.

¿Por qué eligió esta profesión y no cualquier otra?

Pues yo creo que siempre he tenido vocación de profesora. De pequeña yo ponía a mis muñequitas y les hablaba y también le explicaba a mi hermana, cinco años menor que yo, cuando no entendía algo. Más adelante, empecé a estudiar filología porque me gustaban las lenguas. En un primer momento, no tenía 
claro si estudiar inglés. Fue ya en Córdoba, donde comencé la carrera, cuando me di cuenta de que me quería dedicar a esto y, finalmente, un grupo de compañeras nos fuimos a estudiar Filología Inglesa a Granada, ya que entonces aún no se podía cursar en Córdoba. Todas estudiamos lo mismo y trabajamos en la enseñanza.

¿Dónde se licenció? ¿Le pareció complicada su carrera?

Me licencié en la Universidad de Granada, en la facultad de Filosofía y Letras. En realidad, no me pareció muy difícil porque la literatura se me daba bien, me gusta mucho leer. La parte de lengua no me gustaba tanto, la parte de estudiar morfología, sintaxis, etc. me resultaba más ardua. Me resultó difícil quizá el cambio de tercero a cuarto porque en tercero aún teníamos asignaturas comunes y hasta cuarto de carrera no comenzábamos con todas las asignaturas en inglés. Fue complicado adaptarme a ese gran cambio de un curso a otro. Pero ya superado ese paso, quinto me pareció mucho más asequible. Guardo un recuerdo especial de la asignatura de Historia de la Lengua Inglesa. Siempre me ha gustado la etimología, el significado de las palabras, su origen, y me ayudó a entender el inglés mucho mejor.

¿Cómo supo que era la docencia a lo que se quería dedicar?

Pues no lo sé, desde pequeña siempre ha sido así. Tal vez porque era lo que estaba acostumbrada a ver. Cuando eres pequeña, tu modelo ideal suele ser tu profesora, en mi caso fue una monja del Colegio “La Inmaculada”, Madre Concepción, que curiosamente fue mi primera profesora de inglés. Y, cuando iba creciendo, tampoco hubo otras profesiones que me llamaran más la atención.

Más allá de enseñar una asignatura, ¿qué más ha intentado enseñarles a sus alumnos?

Primero he intentado ser muy respetuosa. El alumno que no te permite que llegues, pues no te permite, pero, cuando con otro he conectado, siempre he intentado transmitirle otros puntos de vista. Por ejemplo, el esfuerzo, las ganas de trabajar, la puntualidad, el intentar trabajar y ayudar a sus compañeros porque no somos ni buenos ni malos, todos tenemos algo que aportar y, a lo mejor, hay alumnos que son muy buenos académicamente, pero les cuesta conectar con sus compañeros y darles todo lo que pueden, que puede ser mucho. Sin embargo, hay gente que tiene un rendimiento menor, pero hacen de las clases algo muy ameno. Todos conocemos a una persona que es excelente, pero sin embargo, es mala académicamente. Puede que no sea el mejor estudiante, pero sí la persona que queremos tener cerca. A mí siempre me ha gustado ver lo bueno de cada uno.


¿Qué es lo que más disfruta de su profesión? ¿Y lo que menos?

Lo que menos es la cantidad de papeleo y burocracia que tenemos hoy en día, el cambio de leyes constante, el tenernos que actualizar en muchas y diferentes cosas que no tienen nada que ver con la docencia directa. Desde que empecé a trabajar ha habido muchos cambios de leyes y tantos cambios en la enseñanza en poco tiempo no son buenos. Y lo mejor, pues lo mejor es el contacto diario con el alumnado porque, aunque yo sé que en clase puedo ser seria, que exijo y que mantengo una cierta distancia con el alumnado, cuando acaba el curso es muy gratificante ver cómo han avanzado los alumnos y ver cómo han madurado. Aunque vosotros no lo notéis, desde que entráis hasta que os vais, pasáis por una etapa de madurez impresionante y, ahora en segundo de bachillerato, es cuando más se os nota. Maduráis de forma personal e intelectual, y os vais a dar cuenta. Es muy gratificante.

¿Ha viajado o vivido en el extranjero? Si es así, dónde y cómo fue la experiencia.

He viajado por diversos países europeos. No he vivido en el extranjero, pero he pasado períodos de tiempo en países de habla inglesa en Europa para perfeccionamiento del idioma. Cuando yo estudiaba, no existían los Erasmus tal y como los conocéis ahora. En el último año de carrera, que entonces era quinto, un grupo de alumnos hicimos un intercambio a Portsmouth, y estudiamos en el Portsmouth Polytechnic durante tres meses. Estuve el segundo trimestre completo. Me fui a primeros de enero y volví coincidiendo con la Semana Santa de aquí. Esa fue la primera vez que salí de mi casa por mucho tiempo.


¿Ha trabajado en otros centros?

Sí. Empecé trabajando en Córdoba y después en varios institutos de nuestra comarca, incluido el IES “Antonio Mª Calero”, en el curso 1996-1997. Aprobé las oposiciones en la Comunidad de Extremadura y trabajé varios años allí, concretamente en Castuera y Cabeza del Buey. En el año 2003, me dieron destino en nuestro centro, y hasta hoy.

¿Ha tenido otra profesión antes que esta?

No. Acabé la carrera con 22 años y al año siguiente, con 23, comencé a trabajar. No he hecho otra cosa (ríe).

Desde su perspectiva, ¿cómo nos concibe a nosotros, los alumnos?

Primero, os concibo como personas, no como alumnos. Cada uno tenemos una realidad, independientemente de que yo lo que tenga que valorar sea vuestro nivel de inglés y "este es mejor " o "este es peor", quien se esfuerza más o menos. Lo primero, como personas, porque ante todo eso es lo que somos.

¿Nos puede contar alguna anécdota de cuando estudiaba en la universidad?

Hace tantos años (ríe). Recuerdo a los profesores de carrera muy, muy mayores. Por lo que había un enfoque totalmente distinto, tenía una sensación en clase de miedo, de que no te señalen, de que no te pregunten. Espero que ahora la universidad haga las clases más amenas. En ese entonces las clases también eran muy numerosas y yo era muy tímida, así que yo quería que soltasen su rollo y copiar los apuntes. Luego había alumnos que sí participaban y hacían la clase más llevadera. Pero yo era muy tímida (ríe).

¿Qué consejo daría a los alumnos que aún no saben qué estudiar? ¿Y a los que quieren dedicarse a los idiomas?

Que si no sabéis qué estudiar, os lo toméis con tranquilidad porque es una decisión importante ya que tenéis que estudiar lo que os guste. No hay que mirar lo que tenga más salidas, sino lo que de verdad os apasione. Muchas veces las salidas profesionales no tienen nada que ver con lo que habéis estudiado, algunas sí y otras no. Hay que estudiar lo que os guste porque así estáis motivados y esa motivación hace que sea más fácil vuestro estudio en la carrera.

Los idiomas son fundamentales en la vida diaria. Siempre he dicho que tanto sin los idiomas como sin los conocimientos de informática no se llega a ningún sitio. Y viajar, el viajar abre mucho la mente. Si queréis estudiar idiomas, tenéis que salir de casa. Salir de casa nos hace madurar.






Y por último, ¿hay algo más que quiera añadir?

Pues primero, gracias por acordaros de mí, es un honor que me tengáis en cuenta para esto (ríe). Ya sé que en clase soy seria, exijo y no pierdo el tiempo en contar historias o anécdotas, pero en realidad yo os aprecio mucho y por ello creo que el tiempo de clase hay que exprimirlo al máximo para poder alcanzar buenos resultados. En los muchos años que llevo en la enseñanza hay alumnos que con el tiempo se han convertido en amigos, y otros que, cuando los veo, me cuentan cómo va su vida. En general, cuando se acaba el curso, me llevo una idea positiva. Incluso cuando se supone que son los alumnos más difíciles de tratar, al final siempre me llevo una buena sensación del curso. Y bueno, eso, gracias por contar conmigo (ríe).

Natalia Cano Rubio, Alberto Cano González y Silvia Silveria Hidalgo (2º BA)

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