Hoy vamos a conocer un poco más a doña Patro Madrid Herruzo, que este año nos dice adiós y se despide de nuestro centro debido a su jubilación. Nació en Pozoblanco, hace 60 años. Actualmente, es profesora técnica de FP especialista en Instalaciones Electrotécnicas y en Instalación y Mantenimiento de Equipos Térmicos y de Fluidos.
1. ¿Qué y dónde estudió?
Estudié Primaria en Villanueva de Córdoba; BUP, en Pozoblanco y, posteriormente, FP en la
rama de Electricidad en Pozoblanco y Córdoba e Ingenieria Industrial de
Máquinas Eléctricas en Córdoba.
En 2015 me gradué en Sociología por la UNED. Fue
mi reto personal ya que siempre había estudiado asignaturas de ciencias y me
apetecía enfrentarme a un grado en el que las asignaturas de letras y
humanidades eran mayoritarias.
2. ¿Qué quería ser de pequeña?
De
pequeña jamás me planteé qué quería ser de mayor, me gustaba todo lo que tenía
que ver con la ciencia, la vida salvaje y leer. De pequeña solo quería viajar y
conocer todos los parajes, culturas y animales que describían las novelas de
Julio Verne y Emilio Salgari.
3. ¿Cómo y cuándo
empezó a interesarse por la enseñanza?
En
los años 80 del siglo pasado, las empresas no estaban por la labor de contratar a mujeres y fue entonces cuando me plateé presentarme a las oposiciones para
docentes.
4. Si no se
hubiera dedicado a la enseñanza, ¿a qué otra profesión le hubiera gustado dedicarse?
A
alguna profesión que tenga que ver con el campo y la fauna salvaje, pero a los
60 años plantearse lo que pudo ser y no fue es perder el tiempo y las energías.
5. ¿Qué es para usted lo mejor de dedicarse a la enseñanza? ¿Y lo peor?
Lo
mejor, el alumnado, con sus luces y sus sombras, sus muchas o pocas ganas de
estudiar, pero que continuamente nos obligan a mantenernos al día y constantemente, queriendo o sin querer, nos transmite su juventud. Lo peor,
la burocracia. Cantidad de tiempo dedicado a rellenar papeles que no lee nadie
fuera del instituto. Ah… y los tres meses de confinamiento con las clase online (tened en cuenta que mis clases son prácticas y el alumnado no cuenta en
sus casas con el material necesario para realizarlas), que para mí fueron una
pesadilla.
6. ¿Se ha arrepentido alguna vez de haber
tomado la decisión de ejercer la docencia?
Nunca.
7. ¿Ha tenido
otros trabajos a lo largo de su vida?
Sí.
Estuve yendo a la vendimia a Francia para pagarme mis estudios y, antes de
presentarme a las oposiciones, me llamaron del antiguo INEM para que diera
cursos a parados.
8. ¿En qué otros
institutos ha estado dando clase?
En
Osuna, Córdoba capital, La Línea de la Concepción, vuelta a Osuna, después a
Peñarroya-Pueblo Nuevo y, por último, a Pozoblanco, al Antonio Mª Calero.
9. ¿Cuántos años ha trabajado usted como profesora?
Casi
32 años. Comencé en la enseñanza en
septiembre de 1989.
10. ¿Tiene alguna
anécdota interesante que contar de su etapa como profesora, tanto negativa como
positiva?
Más que
una anécdota son hechos por los que merece la pena esta profesión: un alumno de
primero (antigua FP) del que fui tutora pasó los dos primeros cursos un tanto
“ajetreados” pues llegó a estar detenido y pasó por los calabozos.
Terminó la FP de 2º grado con una nota media de sobresaliente.
Situaciones en las que nos hemos echado unas
risas son las contestaciones memorables en los exámenes de compañer@s de
Historia: “ a Lutero lo mataron por no querer hacerse una foto” (en el libro
ponía que no quiso retractarse) o que “la Restauración entró en España montada
a caballo” (sería por el retrato del rey a caballo).
11. ¿Puede
hablarnos de sus inicios en nuestro instituto?
Yo
tenía mi plaza en Osuna y, cuando empezaron a implantarse los nuevos ciclos
formativos, me quedé sin horario y me desplazaron a Peñarroya-Pueblo Nuevo. El
curso siguiente me desplazaron al Antonio Mª Calero y, un año después, me dieron
el traslado definitivo de Osuna a Pozoblanco.
12. ¿Cuántos años lleva en el Antonio María Calero?
Creo
que llegué en 1998, pero no estoy segura.
13. Está usted a
punto de jubilarse. ¿Qué supone para usted la jubilación? ¿Qué planes tiene
para el futuro?
La
jubilación es una etapa más en la vida que todo el mundo merece disfrutar en las
mejores condiciones. Es una etapa en la que puedes dedicarte a hacer cosas que
no has podido hacer cuando estás trabajando. No me gusta hacer planes en exceso
y menos ahora con la que situación de pandemia que tenemos en todo el mundo.
A mí me
gusta mucho viajar y para eso solo es necesario coger una mochila, algo de ropa
y comenzar el viaje, sin mucha planificación. También pretendo dedicarle más
tiempo a mi afición favorita que es la observación y fotografía de flora y
fauna silvestre. Y, por supuesto, seguiré trabajando en la asociación de mujeres
Ventana Abierta, a la que pertenezco desde que me vine a Pozoblanco.
14. Para finalizar esta entrevista y puesto que se jubila usted, ¿podría
dedicar a nuestro Centro unas palabras a modo de despedida?
Solo
que tanto alumnado como profesorado sigáis cuidando del instituto como hasta
ahora, intentando mejorar pasito a pasito. Deseo que pase pronto esta pandemia
que nos ha cambiado la vida y que todo vuelva a la normalidad, a ser posible, a
una normalidad más colaborativa y menos competitiva; a una normalidad menos
violenta y, por supuesto, una normalidad donde, por fin, las mujeres estén libres
de violencias machistas y que toda la comunidad educativa trabaje de manera
activa para conseguirlo.
Rubén Arroyo Urbano y Genoveva García Flores (2º BB).
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