lunes, 25 de noviembre de 2019

MIGUEL SÁNCHEZ Y ANA FERNÁNDEZ GANAN EL PREMIO DE POESÍA Y RELATO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Miguel Sánchez Pedrajas y Ana Fernández García, alumnos/as de 2º BA, han resultado ganadores/as del Premio de Poesía y Relato Corto "Contra la Violencia hacia las Mujeres", que ha convocado nuestro centro, por mediación de la profesora responsable del Plan de Igualdad, doña Pilar García Villén, y del departamento de Lengua Castellana y Literatura.


 Estos han sido los textos ganadores en ambas modalidades:


  DIRIGIDO AL MALTRATADOR

Amor significa amar,
un no a la violencia, es no,
y es algo que debes respetar.

Por sus sonrisas
que hacen sonreír,
no hagas que su amor
signifique sufrir.

Por su existencia
que nos hace existir,
no destruyas lo que a ti
te permitió vivir.

La libertad es de todos
mas la tuya acaba
cuando su dignidad para ti,
no vale nada.


                                                                                  (Miguel Sánchez Pedrajas)        


AMOR MODERNO

Nos conocimos en un botellón, él me pidió  mi InstaGram y empezamos a hablar. A los pocos días pasamos a hablar por Whatsapp, él era tan agradable conmigo que decidimos volver a vernos en persona. Ese día nos dimos nuestro primer beso, sería el comienzo de algo que nunca olvidaré.
Los primeros meses fueron preciosos, solíamos quedar todos los fines de semana, cada vez me sobraba más el mundo, solo lo necesitaba a él para ser feliz. Gracias a que estaba a mi lado, me pude dar cuenta de que mis amigos no me querían y me pude deshacer de ellos.
Era tan bueno conmigo, que no sabía qué hacer para agradecerle tanto. Me acompañaba para ir de compras y me aconsejaba qué tenía que comprarme, me decía lo que más me favorecía y me ayudaba a elegir.
Nuestra primera vez fue en su coche, yo creo que aún no estaba preparada, pero sentía que tenía que hacerlo feliz y esa era la mejor forma.
Los domingos solía quedar con mi mejor amigo, hasta que él comenzó a advertirme de que mi amigo solo quería aprovecharse de mí y que una chica con novio como yo no podía andar con otros tíos sola. Llevaba razón.
Un fin de semana sus padres se fueron de viaje, él me propuso quedarme en su casa, pero yo ya tenía planes; esa noche había una fiesta que llevaba esperando durante meses. No sabía cómo decirle que no iría a su casa, me sentía atemorizada sin saber por qué. Al final no fui a la fiesta, no podía ser así de desagradecida con él después de todo lo que había hecho por mí.
A mi novio no le gustaba mucho que saliese por la noche y bebiese, a esas horas y con alcohol todo era mucho más peligroso, solo quería lo mejor para mí.
No solía arreglarme demasiado, porque él decía que eso lo hacía para llamar la atención, y no quería que pensase mal de mí, lo quería demasiado como para perderlo.
Quedamos un día como cualquier otro, discutimos y él me escupió, realmente me lo merecía, no me había comportado como una buena novia, él llevaba la razón.
Las agresiones tanto físicas como psicológicas se siguieron sucediendo, me empecé a sentir en un callejón sin salida.
Me había pasado meses sin escuchar a nadie, sin escuchar que no era yo la que hablaba, que no era yo la que actuaba, que había dejado de vivir mi vida y él había escrito la mía.
Supe poner punto final, supe ver el maltrato, supe volver a vivir.
Esta no es mi historia, pero sí es la de muchas adolescentes a las que les cortan las alas en silencio.
                                                                                        (Ana Fernández García)
         

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