El 22 de abril de 1923, el rey Alfonso XII le concedió a la villa de Pozoblanco el título de Ciudad. Por aquellos años el número de habitantes de la localidad era semejante al actual.
Fue en 1478 cuando los Reyes Católicos le entregan a la pretérita aldea de Pozoblanco el distintivo de Villa, por lo que se creó el ayuntamiento propio ya que antes se dependía del ayuntamiento pedrocheño, que era la única aldea de alrededor.
Otro de los privilegios que se le conceden a la recién inaugurada Villa de Pozoblanco es la posesión y administración del santuario de la Virgen de Luna, que hasta entonces recaía también sobre el ayuntamiento de Pedroche.
Posteriormente, de 1560 hasta 1747, durante la Edad Moderna, Pozoblanco era uno de los pueblos integrantes de las Siete Villas de Los Pedroches (Pedroche, Añora, Torremilano, Alcaracejos, Villanueva de Córdoba, Torrecampo y Pozoblanco). Es en 1836 el año en el que el ministro Juan Álvarez Mendizábal promulga la Real Orden por la cual se desamortizan las tierras comunales que no estén en explotación, por lo que las tierras comunales de estas Siete Villas son expropiadas y se rompe así la unión que las formaba.
Hay indicios de que el origen de Pozoblanco se remonta hasta el Siglo XIV, cuando la peste bubónica asolaba a Europa. Fue entonces cuando unos vecinos de Pedroche huyen de su localidad y se empiezan a afincar en un pozo sito en mitad de un campo. Ese pozo actualmente es conocido como Pozo Viejo y se cree que la casa que hay junto a él, la Casa de la Viga, fue la primera construcción que se realizó en la aldea naciente.
Otra hipótesis nos dice que los vecinos de Pedroche tenían que realizar largas rutas a diario para sacar a pastar a sus rebaños, por lo que decidieron crear núcleos en los que asentarse y fue así como surgieron los pueblos de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba. En cualquier caso, en Pozoblanco se mantiene la idea de que la primera casa fue la ya citada.
El nombre del que se sirvió la localidad para identificarse es objeto de varias teorías.
Por una parte, se cree que se debe al pozo que existe en el barrio del Pozo Viejo, que tiene la particularidad de estar construido de ladrillos y no de granito como era más típico en la zona, por lo que se encalaba de cal blanca y así fue como surgió el origen de llamarle al pueblo ``Pozo blanco´´, en honor al pozo alrededor del cual se asentaron los primeros aldeanos. Aparte de la teoría de la cal, también pudiera ser debido a la acumulación de excrementos de las aves que se posaban sobre el brocal del pozo y que le fueron dando el color blanco que lo caracteriza.
Otra de las ideas que se tienen se sitúa en torno al barrio del Torilejo, concretamente en la calle Encrucijada. Se tienen indicios de que allí había un pozo llamado el Pozo del Blanco. Este nombre se debe a que los pozos recibían el nombre de quien los cerraba en caja.
En cualquier caso, lo curioso reside en que el supuesto pozo alrededor del cual se cree que está el origen de la primitiva aldea reciba el nombre de Pozo Viejo, hecho que nos puede dar un poco de certeza sobre el origen de la misma.
El 18 de abril de 1553, la hasta entonces aldea de Encina Enana pasa a llamarse Villanueva de Córdoba, ya que el rey Carlos I le concedió el título Villa, y fue otra aldea que logró independizarse juridiscionalmente del ayuntamiento de Pedroche, creando el suyo propio. Sabemos que, a cambio de la entrega de este título, le entregaron a la Corona Española la suma de 700.000 maravedíes.
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