Juan Romero Romero, último superviviente español del campo de concentración de Mauthausen, falleció el 3 de octubre del 2020 en la localidad francesa Aÿ-Champagne, a los 101 años. Nació el 21 de abril de 1919 en Torrecampo y con tan solo 17 años participó en el guerra a través de la 33 brigada del XV Cuerpo del Ejército y luchó en la Sierra del Guadarrama, Brunete, Guadalajara y Teruel. Estuvo reclutado en el campo de concentración nazi de Mauthausen, al cual consiguió sobrevivir; sin embargo, esta trágica experiencia le dejó secuelas con las que tuvo que vivir a lo largo de toda su vida.
SU LUCHA CONTRA EL FASCISMO
Era un adolescente cuando estalló la Guerra Civil. No dudó en alistarse en el Ejército fiel a la República, con el que combatió en los frentes de la sierra de Guadarrama, Brunete, Guadalajara, Teruel y en la batalla del Ebro, en la que resultó herido. “Teruel fue lo más terrible”, recordaba en una entrevista con la agencia Efe en vísperas del homenaje que encabezó Calvo.
Su lucha contra el fascismo no había acabado. Aunque nada más llegar a Francia fue internado en Vernet d’Ariège, uno de los campos en los que acabaron buena parte de los republicanos huidos, en abril del mismo 1939 se alistó en la Legión Extranjera para combatir al nazismo en lo que ya parecía una guerra inminente. Destinado en principio a Argelia, tras la invasión nazi de Francia en mayo de 1940, fue hecho prisionero cerca de Épinal, junto a muchos republicanos españoles, y trasladado al Stalag III-A. Como contó a Efe en agosto, salvó la vida gracias a un soldado alsaciano que convenció a los guardas nazis de que no había sido él quien había dibujado una hoz y un martillo en los baños, pese a que su pasado de republicano español le convertía en el principal sospechoso. Romero estuvo a punto de ser asesinado por este acontecimiento.
En agosto de 1941, fue trasladado a Mauthausen, aquí sin lugar a dudas vivirá la peor época de su vida. Tuvo el número de prisionero 3.799. Fue destinado primero a la infame y mortal cantera del campo de concentración. “Cuando terminaba el día, subíamos una piedra por la escalera, y que no fuera pequeña… Los SS eran unos criminales. Todos los días llegaban los carros de la cantera llenos de muertos”.
En 1945, Romero fue repatriado a Francia y llegó a Aÿ-Champagne, cuyos tres campos de recepción acogieron a más de la mitad de los españoles supervivientes de Mauthausen.
Romero desde adolescente tenía claras sus ideas políticas antifascistas y luchó por sus derechos y los derechos de los demás durante toda su vida, aunque esto le dejara graves secuelas.
RECUERDOS MARCADOS EN LA MEMORIA
Después de su larga estancia, Romero destacó algunas experiencias como es el caso de una niña cuya mirada inofensiva e ilusa no se borró nunca de su memoria. "Me sonrió, la pobre, no sabía adónde iba. Yo tenía ganas de abrazarla, de besarla, pero sabía que si lo hacía, yo iba con ella a la cámara de gas. Eran criminales". "Ese recuerdo me ha perseguido toda la vida" contaba entre lágrimas.
LOS RECONOCIMIENTOS A DON JUAN ROMERO ROMERO
En estos últimos años pudo recibir en persona los honores y reconocimientos que, como víctima del franquismo y el nazismo, tardaron en llegar.
En junio, la Embajada le dedicó un homenaje en París, junto a los familiares del también recientemente fallecido Rafael Gómez Nieto, integrante de La Nueve; sin embargo, no pudo asistir por no poner en riesgo su salud a su elevada edad, en plena pandemia por el coronavirus. En otro homenaje, la ministra Calvo le dijo: "Tu vida es de las pocas que tienen pleno sentido. Has tenido el valor de saber cuál era tu lugar en el mundo. Eres un ejemplo admirable para muchos españoles que hoy nos miramos en ti".
Juan Romero Romero quedará siempre en nuestra memoria por su afán de defender sus derechos y los de los demás y luchar contra el fascismo que nos encarcelaba en sus ideas. Gracias, don Juan.
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