En diciembre de 1948, Juan Aperador García era fusilado, junto a otros dos compañeros, por ser contrario al régimen franquista que regía el país. Hasta hace 10 años la familia de este hombre no pudo darle bendita sepultura. Esta familia nos está mostrando el lado tan duro que han vivido millones de españoles, y que desgraciadamente sigue ocurriendo.
En octubre de 2010, la familia del fusilado Juan Aperador García conseguía, tras años de búsqueda y desolación, darle santa sepultura a los restos de su padre. Gracias a los testimonios de sus familiares, hemos podido conocer el verdadero sufrimiento tras esta historia. Su nieto ha relatado cómo su abuela, tuvo que quedar a cargo de cuatro hijos con la incertidumbre de si su marido regresaría algún día o no.
Muchos años después, ya entrado el siglo veinte, un hijo de Juan Aperador empezó a preguntar por ello, al tener constancia de que cada vez era más probable una ley justa de Memoria Histórica. Con ayuda de gente de la zona, familiares y arqueólogos del PCE, consiguió al fin encontrar los restos de su difunto padre.
Eso no fue el final para esta desolada historia, pues a eso le siguieron cuatro años de lucha por conseguir la identificación de dichos restos. Al fin, el 21 de septiembre de 2010 confirmaron su deseo. Los familiares así pudieron el 10 de octubre de ese mismo año enterrar a su difunto padre junto a su esposa, y que descansen juntos en la eternidad pues tuvieron la desdicha de tener que separarse mucho antes de tiempo.
Estos familiares, al igual que millones de españoles se alegran, completamente de la nueva Ley de Memoria Histórica, que hará posible la rapidez de estos procesos y la búsqueda de los restos de personas que siguen en paradero desconocido. Como sociedad, entendemos la gran frustración que deben sentir tantas personas que a día de hoy siguen preguntándose dónde descansan los restos de sus hermanos tíos padres o abuelos.
Mª Jesús Gil Moreno (2º BB)
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