Hoy vamos a conocer un poco más a doña Juana, que es actualmente profesora en nuestro centro, el IES Antonio María Calero.
1. ¿Dónde y cuándo nació? ¿Qué ha estudiado, dónde y cuándo?
Nací en Alcaracejos en la casa familiar el 22 de noviembre
de 1971. En esa época, todavía había matronas que se dedicaban a asistir a las
mujeres embarazadas y por aquel entonces
las mujeres solían tener sus partos en casa. Curiosamente algunas mujeres han
vuelto a querer solicitar partos domiciliarios en la actualidad. De mis cinco
hermanos solo el último, que es el más pequeño, nació en el hospital de la Cruz
Roja de Córdoba. Los demás nacimos en la cama de mis padres.
Estudié Filología Inglesa en la Facultad de Filosofía y
Letras de Granada. Antes eran tres años comunes de Filología y luego hacías
cuarto y quinto de especialidad, y yo hice Inglesas en Granada. El Instituto lo
estudié aquí, en Pozoblanco, en el IES Los Pedroches. Por aquel entonces el IES
Antonio María Calero sólo era un centro de Formación Profesional.
2. ¿De qué es profesora?
Siempre he sido de Inglés, de secundaria y bachillerato. A
veces he dado otras materias afines a la mía, como Lengua o Latín, hasta di
Historia en un instituto en Granada.
3. ¿Cuáles son sus aficiones?
Soy muy cinéfila, desde siempre he disfrutado viendo
películas y veo muchísimo cine clásico,
cine de autor… Leo también bastante, también veo series pero sobre todo me
gusta muchísimo la música…Ahora porque no se puede, pero mi marido y yo solemos
ir a muchísimos conciertos y festivales de música. Me encanta la música, es una
de mis aficiones favoritas; de hecho, la conexión que tuve con él cuando nos
conocimos fue a través de la música. En cuanto a deportes, la natación es mi
actividad favorita. Ahora no puedo nadar porque la piscina está cerrada por
esta situación actual, pero es el deporte que más me gusta practicar.
4. ¿Qué quería ser de pequeña?
Mil cosas. Quería ser escritora, bailarina, arqueóloga,
científica para descubrir cosas, me hubiera encantado hacer operaciones, ser
cirujana. De hecho, me encanta la ciencia. A mí la separación entre letras y
ciencias me parece una absurdez; de hecho, cuando yo estudié, no había tanto
acotamiento de asignaturas e hice una opción un poco extraña ya que fui la
única en escoger en COU. Me acuerdo que tenía Latín, Griego, Dibujo técnico,
Matemáticas y Arte. Siempre me han gustado cosas muy dispares. Ser profesora me
vino luego con las decisiones que fui
tomando, pero no fue un cosa que yo quisiera ser desde pequeña, me hubiera
gustado ser mil cosas. No tuve ninguna vocación clara desde pequeña.
5. ¿Por qué decidió estudiar Filología
Inglesa?
Creo que la razón principal fue por
viajar al extranjero, por salir de mi pueblo. Quería conocer mundo. También
casi toda la música que escuchaba por aquel entonces estaba en inglés y edo me hacía querer entender y expresarme
en ese idioma. Pero sobre todo era por salir, conocer una cultura diferente.
Además así me liberaba durante un poco del control de mi padre, que no era una
persona muy flexible, casi no me dejaba ir a nada, por ejemplo, no me dejaba ir
a las fiestas del instituto. De todas maneras, estuve a punto de hacer
Historia, porque me encantaba Historia del Arte y se me daba muy bien, era mi
asignatura favorita y me sigue gustando. De hecho suelo leer libros específicos
sobre temas concretos y soy una visitante asidua de museos y exposiciones
temporales. Incluso cuando estuve haciendo la matrícula allí en la facultad de
Filosofía y Letras tuve las dos delante y decidí en el último momento hacer
Filología Inglesa, pero hubiera decidido hacer Historia del Arte de la misma
manera.
6. ¿Cuándo decidió
dedicarse a la enseñanza?
No sé, fue una cadencia. Normalmente, cuando haces Filología Inglesa, vas abocado a la enseñanza casi siempre. Yo, en realidad, cuando acabé, dije “me voy a preparar a muerte las oposiciones”. Vamos, que estuve encerrada un año estudiando en una academia en Granada y no hacía prácticamente nada, nada más que estudiar, ese año no tuve Navidad, no tenía fines de semana, no salía, solo estudiaba; y pensé:“si no me saco las oposiciones este año, me voy al extranjero a buscarme la vida y ya veré de lo que vivo, algún trabajo encontraré, algo haré con mi vida, pero por supuesto no voy a estar otro año preparando oposiciones” y me fue bien y me la saqué a la primera. Estudié mucho, bueno podía haber sido así o podría haber sido de otra manera, y entonces empecé a trabajar, y es una profesión que me ha ido gustando cada vez más con la práctica.
No fue una vocación que tuviera desde pequeña, pero tampoco sucedió que yo me levantara un día y dijera: “quiero ser profesora”. No, esas cosas no suelen pasar. Aprobé, me puse a trabajar y vi que me gustaba más de lo que hubiera imaginado. De hecho, creo que es un trabajo en el que, cuando estás dentro del aula con tus alumnos, se te olvidan muchos de los problemas tanto personales como de cualquier otra índole. Simplemente estás dando clase y lo único que quieres es que tus alumnos y tus alumnas aprendan, y durante esa hora eso es lo que estás haciendo, no te preocupa nada más y está muy bien, y no sé si la gente lo disfruta de la misma manera, pero yo sí.
7. Si no hubiera estudiado esta carrera, ¿cuál hubiese estudiado?
Historia del arte, sin duda. O Arqueología, que no sé si es en realidad una rama de Historia.
8. ¿Se ha arrepentido alguna vez de haber tomado la decisión
de ejercer su profesión?
No, nunca, cada día menos, me gusta mucho.
9. ¿Cuántos años lleva impartiendo clase?
Mi primer año dando clase fue en el curso 1996-1997,
aproximadamente 24 o 25 años.
10. ¿Qué es lo que más le gusta de ser profesora? ¿Y lo que
menos?
Lo que más me gusta es cuando creo que mis alumnos están aprendiendo algo, y no solo
me refiero a los conocimientos de mi asignatura, sino al hecho de ser capaz de
transmitir esa sed de aprender, no solo de inglés, sino de cualquier tema, de
tener siempre curiosidad por el conocimiento.
Lo que menos, sin duda la burocracia, todo el papeleo
obligatorio que a veces me parece una pérdida de tiempo.
11. ¿Tiene alguna anécdota graciosa como docente?
Sí, pero es que yo para eso tengo muy mala memoria. En
realidad, me acuerdo más de momentos de cierto cariño con ciertos grupos, de
ciertas personas; pero así graciosas, quizás mis alumnos puedan contestar a esa
pregunta mejor que yo, yo no sé, a lo mejor puedo decir cualquier tontería en
clase alguna vez, pero no me acuerdo.
Bueno, ahora que recuerdo, el primer día que llegué al
instituto, el jefe de estudios (no digo nombre, así dejo algo para la
imaginación), se esperaba que fuera rusa porque había escrito mi nombre como
Ivana, y no Juana. Sé que mi nombre es duro, pero mis apellidos no son muy
rusos...
12. ¿Qué le parece nuestro instituto? ¿Se siente cómoda en él?
Me parece que está bastante bien; por supuesto, siempre
hay cosas que se pueden mejorar, pero teniendo en cuenta cómo están otros
centros o lo que se escucha de algunos compañeros que no están ya aquí, pues
creo que salimos ganando en muchos aspectos.
Yo sí me siento cómoda en él, llevo ya muchos años aquí.
Si no me sintiera cómoda, me habría ido a otro centro porque tengo puntos
suficientes como para irme a donde me interese.
13. ¿Ha trabajado en otros centros?
Sí, claro. Empecé trabajando en la provincia de Granada,
que es donde vivía por aquel entonces. Allí trabajé en Íllora, Chauchina (en
una extensión de un IES de Santa Fe) y en Almuñécar, en la costa, y luego ya mi
primer destino definitivo fue en este centro
y ya me quedé.
14. ¿Cómo lleva usted trabajar en el mismo centro que su
marido?
Pues bien, tampoco nos vemos casi nada, aunque no sería un
problema. Primero, porque solemos tener horarios totalmente cruzados. Inglés
suele ir a las primeras horas del día y
Educación Física a la franja de las últimas horas, y luego yo salgo de una
clase y entro en otra, etc. Creo que, que yo recuerde, no hemos compartido
guardia ninguna vez, por lo cual ni siquiera eso, y no es compañero mío de
departamento. Él es de Educación Física, yo soy de Inglés. Si lo veo, es a lo
mejor para tomarme un café algún día con él, con lo cual lo veo más una ventaja
que una desventaja. También a la hora de que él entienda cualquier problema o incomodidad
que pueda tener en el trabajo, o al contrario, sabe perfectamente a lo que me
estoy refiriendo. Esto viene también para aconsejar frente a cualquier
disyuntiva que pueda surgir.
Para mí es más una ventaja que una desventaja,
definitivamente.
15. ¿Cuántos años han trabajado juntos?
Nos conocimos aquí en el instituto, en el curso 1999-2000,
lo que pasa es que a él luego lo destinaron a Villanueva de Córdoba y estuvo
trabajando unos años allí hasta que salió aquí la plaza y pudo volver.
Pero podemos llevar alrededor de 12-13 años.
16. ¿Cómo lleva trabajar en el mismo centro en el que estudian
sus hijas?
Fue una decisión de ellas, quisieron venirse aquí y no al
otro centro, con lo cual, por mí, estupendo. De hecho, también les pregunté si
querían que yo les diera clase y todos los años les pregunto:“¿queréis que os
vuelva a dar clase?”. En el momento en el que ellas quieran que no sea su
profesora, no lo soy. No hay ningún problema. Es tan sencillo y simple como
eso.
Yo entiendo que haya compañeros que no les quieran dar clase a sus hijos, pero eso es una
decisión personal y depende de la
relación que tengan con sus hijos o del carácter o personalidad de ambos. Yo es
que lo veo absolutamente normal, no tengo ningún problema. De hecho, mi marido
también les da clase a las dos y no hay ningún problema, todos lo vemos
absolutamente natural.
17. Muchas gracias por su tiempo, ¿le gustaría despedirse con
alguna reflexión?
Pues hoy en día sólo nos viene a la cabeza que termine de una vez esta pandemia. Todos queremos volver al mundo de antes, pero me temo que eso no sea del todo posible. Ya que hemos tenido la oportunidad de vivir aislados y de reflexionar, no deberíamos olvidar nunca todo lo que hemos aprendido (y sufrido) para mejorar nuestra vida y la de los que nos rodean.
18. ¿Cómo ha vivido la situación del covid?
Pues el año pasado, con el confinamiento y las clases online, sí tengo que decir que fue la
experiencia laboral más extenuante de mi vida porque dar clase todos los días y
estar respondiendo a todas las horas del día y del fin de semana a alumnos y
algunos padres y madres fue agotador. Afortunadamente, las cosas pudieron
reconducirse un poco y desde jefatura se dieron unas directrices claras a las
familias. Eso, el año pasado.
Este año me ha pillado más de cerca. Ya
sabéis que mis hijas fueron positivas asintomáticas, entonces tuvimos que estar
confinados todos, toda la familia, y la verdad es que fue una situación muy
desagradable porque además nos pilló justo al final del trimestre y tuvimos que
estar confinados hasta el día 28. Pasamos toda la Nochebuena y Navidad
separados los cuatro, porque también nos dijeron desde el centro de salud que
teníamos que hacer vida separada, incluso Félix y yo, que fuimos negativos finalmente. En casa
tuvimos que seguir un protocolo muy estricto de higiene y aislamiento, pero
bueno, el desenlace no fue malo. En otras familias no ha sido así,
desafortunadamente.
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