lunes, 27 de marzo de 2023

CALERITOS POR EL MUNDO: AUXI MUÑOZ JIMÉNEZ

Auxi Muñoz Jiménez nació el 7 de enero de 1998 en Pozoblanco. Cursó educación primaria en el CEIP Ginés de Sepúlveda y, posteriormente, secundaria y bachillerato en el IES Antonio María Calero. Su expediente académico fue uno de los más brillantes en nuestro centro. Finalmente, ha estudiado el doble grado de Filología Hispánica y Traducción e Interpretación.



¿Cómo recuerdas tus años en el IES Antonio María Calero? ¿Cuántos años estudiaste en él?

Estudié en el Calero durante seis años: los cuatro de la ESO y los dos del Bachillerato. En general tengo muy buenos recuerdos de esa época, pues yo era una chica bastante responsable que disfrutaba aprendiendo; y además, tuve un profesorado muy bueno del que guardo gratos recuerdos.

¿Qué estudios realizaste posteriormente? ¿Dónde?

Tras el Bachillerato, realicé el Doble Grado de Filología Hispánica y Traducción e Interpretación (Inglés y Francés) en la Universidad de Córdoba.

¿Qué te motivó a cursar esa carrera? ¿Lo tenías claro desde el principio?

Desde pequeña tuve claro que mi vocación era ser maestra o profesora (pueden dar fe de ello los múltiples peluches que asistieron a mis clases magistrales cuando todavía era una niña). Además, siempre me había encantado leer y escribir. Así que cuando en la ESO descubrí el apasionante mundo de la lengua y la literatura, no me quedó duda alguna: quería ser profesora de lengua y, para ello, debía estudiar Filología Hispánica. Ahora bien, la decisión de cursar el Doble Grado la tomé in extremis, puesto que el año que yo realicé selectividad fue el primero en el que se ofertó. Sin embargo, como también me gustaban los idiomas, pensé que el tener dos carreras podría abrirme más puertas en el futuro.

¿Dirías que fueron unos años complicados?

Los años del Doble Grado fueron complicados, pero eso no quita el recuerdo tan bonito que tengo de ellos. Es cierto que el nivel académico te exige un gran compromiso. Al fin y al cabo, yo tenía clases por la mañana y por la tarde, así que me tocaba estudiar por la noche y durante el fin de semana, lo que exigía una gran organización y, sobre todo, fuerza de voluntad. Sin embargo, también ha sido una de las etapas más bonitas de mi vida. Por un lado, porque al salir de tu zona de confort, experimentas un gran desarrollo personal. Y por otro, porque te rodeas de compañeros y compañeras extraordinarias con las que coleccionas múltiples anécdotas que hacen de tu estancia en la universidad un trago menos amargo.

¿Has salido al extranjero para completar tu formación académica?

Pese a que una de las carreras de mi Doble Grado era la de Traducción e Interpretación, no he salido al extranjero. Al fin y al cabo, como ya dije al principio, mi vocación es la de ser profesora de Lengua Castellana y Literatura; y a ello se le suma el hecho de que, justo el año en el que se proponía el Erasmus, tenía asignaturas de Filología que consideraba fundamentales para mi formación como filóloga (Psicolingüística, Historia de la Lengua o Literatura de los Siglos de Oro). Así que opté por realizarlas en mi universidad. No obstante, pude poner en práctica mis «dotes» de traductora e intérprete en los viajes que realicé a visitar a algunas de mis compañeras que sí que se habían ido de Erasmus.

¿A qué te dedicas actualmente?

En la actualidad me dedico exclusivamente a estudiar las oposiciones, pues como se realizan en junio y acabé el máster el año pasado, solo dispongo de un año para preparármelas.

 ¿Qué expectativas tienes una vez que logres tu puesto de trabajo? 

Una vez que consiga mi puesto de trabajo, mi principal objetivo es convertirme en una buena profesora, algo que considero un auténtico desafío. En la actualidad, los jóvenes estamos rodeados de pantallas que promueven la cultura de la inmediatez y parecen dejar a un lado la cultura del esfuerzo. Así que el gran reto que pretendo asumir es congeniar ambas cuestiones, haciendo ver que la lengua es algo que utilizamos continuamente en nuestras relaciones sociales (todo el mundo habla por WhatsApp, ¿no?) y que la literatura no está muerta ni es cosa del pasado (El burlador, por ejemplo, fue escrito por Tirso de Molina hace más de 300 años; sin embargo, ¿no está nuestra sociedad llena de donjuanes?). En definitiva, me gustaría aportar mi granito de arena en la educación de los jóvenes del futuro, no solo a nivel académico, sino también personal y social.

¿Te gustaría ejercer tu profesión en otro país? 

No es algo que me disgustaría. Es más, he tenido la suerte de dar clase de español a unos refugiados ucranianos y creo que es muy enriquecedor personal y culturalmente. Sin embargo, como ya he dicho, ahora estoy centrada en las oposiciones, así que no lo veo como una posibilidad a corto plazo. En un futuro, quién sabe.

¿Qué consejo darías a los actuales alumnos de bachillerato de cara al futuro?

Puede sonar muy típico, pero el mejor consejo que puedo dar es que aprovechen el momento, pero aprovecharlo en todos los sentidos. Por un lado, que disfruten de la etapa tan bonita en la que se encuentran: que salgan, que se relacionen con sus amigos, que viajen… Y por otro, que estudien y se formen, pues están en la edad idónea para hacerlo. En definitiva, que busquen siempre superarse a sí mismos, tanto personal como socialmente. Estoy segura de que si todo ello lo hacen desde la humildad, no tardarán en alcanzar el futuro tan brillante que les espera a todos y cada uno de ellos.

¿Recomiendas buscar un futuro fuera de España?

Recomiendo buscar un futuro y, sobre todo, esforzarse por conseguirlo. No importa si es en España o en un país extranjero. Lo importante es no quedarse sentado esperando, sino ir dando pequeños pasos en la dirección correcta. Solo así se podrá llegar a la meta.



Nuria López Molina 2ºBA

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