Jesús Fernández Habas nació el 13 de abril de 1994 en Pozoblanco. Estudió Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato en el IES
Antonio María Calero. Recientemente, tras concluir sus estudios universitarios, ha sido ganador del premio de Ecovalia.
- ¿Qué has estudiado después de cursar Bachillerato? ¿Cómo te ha ido desde entonces?
Tras finalizar Bachillerato, estudié la carrera de Ingeniería Forestal en la UCO, algo que siempre tuve bastante claro desde pequeño porque me apasionaba la conservación de la naturaleza y la gestión sostenible de los recursos naturales. El pasado julio terminé el grado y actualmente estoy realizando un Máster en Ingeniería de Montes mientras trabajo como becario en el Departamento de Ingeniería Forestal de la UCO.
Durante la carrera me fue bien. Los dos primeros años fueron más duros porque tenían las asignaturas más difíciles de la ingeniería, y tercero y cuarto más accesibles e interesantes con asignaturas específicas de la carrera. Es una carrera muy bonita e interesante y, al igual que otras ingenierías “verdes”, pienso que tendrán cada día más importancia dados los actuales y futuros problemas ambientales como el Cambio Climático (la mayor amenaza a la que se enfrenta el Planeta, según la ONU) y harán falta jóvenes bien formados para saber gestionar y dar solución a estos problemas.
- Sabemos que has conseguido el premio de Ecovalia, ¿en qué consiste?
La investigación por la que hemos sido premiados fue mi Trabajo Fin de Grado de Ingeniería Forestal, que terminé el año pasado. Tras finalizar el trabajo, pensamos que los resultados obtenidos eran muy interesantes y decidimos presentarlos a estos premios que ya conocimos pues son unos de los premios de referencia en investigación sobre agricultura y ganadería ecológica.
Los Premios Andrés Núñez de Prado vienen celebrándose desde hace 18
años. Son convocados por la Familia Núñez de Prado y por Ecovalia y
consisten en dos modalidades: una sobre la defensa y fomento de la
agricultura y ganadería ecológica, y otra sobre la investigación en
agricultura y ganadería ecológica, que es el que nos han otorgado.
- ¿En qué ha consistido la investigación para hacer ese trabajo?
La investigación consistió en hacer una valoración cualitativa de la capacidad del olivar de Los Pedroches para proveer una serie de bienes y servicios (llamados servicios ecosistémicos) que van más allá de la producción de aceituna, que también son necesarios para el bienestar de la población y que es imprescindible considerar a la hora de diseñar políticas y estrategias como la Política Agraria Comunitaria que afecten a este agrosistema. Algunos de estos servicios son: la conservación de la biodiversidad, control de la erosión, paisaje, protección contra incendios, fijación de población rural en el territorio, mantenimiento de un conocimiento local y patrimonio cultural etc. En la valoración se consideraban tres alternativas para este olivar, con el objetivo de comprobar cuál de ellas era la que permitía una mayor provisión de servicios ecosistémicos. Las tres alternativas fueron: manejo ecológico, manejo convencional y el no manejo o abandono, dado el grave riesgo de abandono al que se enfrentan estos olivares. El resultado fue que el manejo ecológico es la alternativa que permite una mayor provisión de servicios ecosistémicos y es, por tanto, la alternativa más sostenible (social, económica y ambientalmente). Creemos, por tanto, que este trabajo aporta información muy útil y que puede servir de orientación para el diseño de políticas que busquen potenciar y preservar agroecosistemas y manejos sostenibles.
- ¿Quiénes han sido tus tutores a la hora de realizar el trabajo?
Felisa Ceña Delgado y Pedro Sánchez Zamora fueron mis tutores durante la elaboración del TFG. Ambos pertenecen al Departamento de Economía y Política Agraria de la Escuela Técnica de Ingenieros Agrónomos y de Montes. Además de ser dos personas magníficas, son grandes profesionales de los que ha sido un placer poder aprender. Sin duda hay profesores en la vida que te pueden hacer amar una materia y te pueden cambiar la vida, ellos son dos profesores de ese tipo.
- ¿Qué sentiste al recibir el premio?
Cuando recibimos este premio, que nos hacía especial ilusión, me vinieron multitud de sentimientos. Te llena de satisfacción por el trabajo bien hecho, de energía para seguir trabajando, alegría porque reconozcan un trabajo sobre nuestra zona, ya que no hay mayor satisfacción que trabajar para y por el lugar donde nos criamos. Crecí en la sierra de los Pedroches y siempre quise aportar mi granito de arena y devolverle tan buenos momentos que el crecer en ella me brindó. Pero, sobre todo, sentí gratitud por todas las personas que nos han ayudado y entre ellas se incluyen sin duda los profesores y profesoras del Antonio María Calero…Muchas veces me he acordado de todos sus consejos, su paciencia, esfuerzo y dedicación a la docencia. Sin ellos no habría podido ir avanzando poco a poco en mi formación y al final su trabajo se acaba demostrando con el tiempo.
Ana Iglesias Romero (2º BA)
Andrés Ruiz Herruzo (2º BA)