"¡GRACIAS, RAFAEL!
Hola, Rafael, ¿quién nos iba a decir hace 27 años que estaríamos aquí los dos poniendo punto final a este gran viaje que has hecho con todos nosotros? Hoy quiero, sencillamente, en nombre de los compañeros y compañeras del Claustro, en nombre de tus numerosos alumnos y en el mío, darte las gracias. Gracias por haber estado siempre tan cerca.
Disfrutamos más de cualquier viaje cuando lo hacemos con buena compañía. Tú has sido un compañero especial, que has hecho que hayamos disfrutado de esta etapa en común. Gracias, compañero de viaje.
Ser tu compañera de departamento ha sido para mí un privilegio. He compartido contigo el interés por lo que tanto nos gusta, la vida, la naturaleza, la educación y el placer por un trabajo vivido vocacionalmente y al que le dedicamos una gran parte de nuestra vida. Gracias por tu ayuda, por tus conocimientos, por tu experiencia, por tu material, por esas excursiones siempre didácticas y por haberme escuchado siempre y soportado mis genios. Gracias, compañero de departamento.
Ser tu compañera de claustro ha sido para mí una suerte, pues hemos podido dialogar acerca de las cuestiones que en los distintos centros en los que hemos convivido nos preocupaban en cada momento. Y no cabe duda que el haber tenido los dos la experiencia de ser jefes de estudios en nuestros primeros años nos aproximó más. Gracias, compañero de Claustro.Ir contigo al trabajo cuando, unos años más jóvenes, nos desplazábamos camino del IES “La Jara”, de Villanueva de Córdoba, por esa preciosa dehesa, me regaló esa imagen más personal que no todos conocen y que presentas en las distancias cortas, esa imagen tuya que ya no me abandonaría nunca: la del conversador inteligente y de mente abierta cuyo contacto nos hace mejores, tímido pero sincero, reflexivo y coherente, exigente con el trabajo bien hecho, lo que se agradece mucho en tiempos de mediocridad. Gracias por compartir lo que nos importa y nos ayuda a crecer.
Cuando compartimos cosas importantes con alguien, no solo profesionales sino también personales, acabamos queriéndolo. Eso me ha pasado contigo. Por eso hemos ido más allá de las relaciones en el trabajo y hace ya tiempo que puedo considerarme tu amiga. Gracias por el premio de tu confianza y tu amistad.Has sido el PROFESOR con mayúscula, aquel al que tus alumnos, al empezar el curso veían distante, exigente e inalcanzable. Pero en unos días, a medida que te iban conociendo, adaptándose, trabajando al ritmo que le marcabas a la vez que les dabas cariño y les trasmitías con verdadera vocación la pasión por tu asignatura y el placer de aprender, han llegado a admirarte, a quererte y a valorarte de manera muy justa. Y cuando han salido del Instituto, una vez superada la Selectividad siempre con una excepcional calificación en Biología y han llegado a la Universidad, te recuerdan con verdadero cariño y admiración, comparando a sus nuevos buenos profesores contigo. Por eso, por tu labor, en nombre de tu alumnado (para los que serás siempre “El Cuevas”) te digo, gracias profesor.Has terminado una etapa en la que nos has dado a todos lo mejor de ti. Debes sentirte plenamente satisfecho. Pero el gran viaje de la vida, el viaje por excelencia, continúa. Deseo que esta nueva etapa, la de tu jubilación, que empezaste hace unos meses y ya estás disfrutando, sea larga y saludable para que puedas dedicarle más tiempo a los que más te quieren: Tere, Paloma y Rafa. Y para todos los que de vez cuando nos apetece echar un rato contigo. Y, naturalmente, para tus pájaros, tus investigaciones y tus libros, que ojalá te mantengan activo mucho tiempo.
¡FELIZ JUBILACIÓN!Pozoblanco a 27 de junio de 2018Tu compañera Mari Carmen Pedrajas".
Seguidamente, y tras una breve pausa, tomó la palabra el propio don Rafael Cuevas, quien no quiso dejar pasar la ocasión de despedirse de quienes durante tantos años fuimos sus compañeros/as y de agradecer a su familia el apoyo recibido. Este fue su discurso:
"Queridos compañeros/as, personal no docente y familia, os agradezco mucho vuestra compañía en este día tan especial e importante para mí, pues, aunque llevo siete meses jubilado, me permite expresaros la gratitud y satisfacción que siento por haber tenido la suerte y el lujo de compartir con vosotros, no solamente el trabajo, sino también muchos buenos momentos y anécdotas, cuyo recuerdo siempre permanecerá.Como ya todas y todos sabéis, se me dan muy bien los discursos. Este lo llevo preparando desde hace varias semanas y espero que no os durmáis.Han pasado 38 años desde que terminé biológicas en Córdoba y decidí mi futuro después de aprender en la mili dos cosas muy importantes: 1º. a coger un vaso de café muy caliente sin quemarme los dedos y 2º. a despegar un sello del sobre sin romperlo -mi teniente coronel era adicto al café y , además, coleccionaba sellos-.En un primer momento quise dedicarme, de una forma u otra, a la ornitología, ya que, precisamente, estudié biología por las aves. Tras varios intentos conseguí mi primer trabajo en una época de crisis (82) … y ahora vienen los peros: no era, como yo pensaba, en un laboratorio para investigar tratamientos para los pájaros, sino en la radio y no solo hablando de pájaros, sino también de peces, tortugas, hámster, gatos, perros, etc; o sea, de toda clase de bichos de compañía, algunos francamente raros.Todo fue decepcionante, porque además de grabar programas de radio en Madrid y Barcelona, hacía tareas de administrativo y descarga de camiones; o sea, ese trabajo era un 3 x 1, y para colmo mal pagado y me sentía manipulado. Lo positivo fue que, por primera vez, viajé en un avión y supe lo que era volar como los pájaros.
Tras esta experiencia tomé la segunda opción y decidí dedicarme a la ornitología como afición y a la docencia como profesión. Acerté porque me gusta enseñar y había dado algunas clases, pero a los que quieren aprender.Decidí opositar y conseguí plaza tras el segundo intento, lo que supuso un cambio radical en mi vida y poder hacer planes; no de pensiones, sino de boda con Tere, mi esposa…Mi primer centro fue Palma del Río (84) donde hice las prácticas. Aún recuerdo la cara de muchos alumnos y aquella tutoría que, más bien, parecía el consultorio de Elena Francis. El IES Los Pedroches, en expectativa de destino, me permitió aprender matemáticas y dibujo, sobre todo de pájaros. La estancia de dos años en Riotinto no resultó, en general, gratificante pues el primer día, de madrugada, sufrí un intento de robo en el hotel y el último, ni os cuento lo que le pasó a mi coche recién estrenado como consecuencia de aprobar a quien lo merecía y no hacer caso de amenazas previas. Cuando me dieron traslado a Vva fue una gran satisfacción y empezamos a echar raíces en la comarca. De mi estancia en Vva, durante 18 años, guardo un magnífico recuerdo y algunos alumnos se han convertido en amigos y compañeros de profesión y/o afición, como Belén, aquí presente.Han pasado ya 34 años desde que los conserjes me confundían con un alumno y me decían, “por ahí no pases que es la sala de profesores”, hasta hace poco, cuando los alumnos al verme en la calle con mis hijos, luego me dicen en medio de la clase: “D. Rafael ayer lo vi con su nieto…”, y me hunden…He compaginado, como he podido, la familia y el trabajo con mi afición. Con la ayuda de mi esposa, Tere, y mis hijos he conseguido criar muchos pájaros y escribir sobre ellos, pero siempre tuve claro que la familia y el trabajo eran lo primero.Ha habido muchísimos y vertiginosos cambios en la enseñanza. Me marea solo pensarlo: modificaciones de leyes, decretos, órdenes, asignaturas, calendarios, libros, evaluaciones. Ha habido después de la LGE hasta seis o siete leyes diferentes: LODE, LOGSE, LOE, LOCDE, LEA, LOMCE, etc…y seguro que falta alguna. Las tareas burocráticas también han ido en aumento exponencial. Hemos pasado desde el diskette hasta la nube, desde el MS-DOS hasta el Windows 10, desde el proyector de cuerpos opacos o el proyector de diapositivas hasta la pizarra digital e internet.Recuerdo cuando los profesores y alumnos del nocturno fumaban en las clases.Cuando empecé a trabajar no había ordenadores, ni móviles, ni inalámbricos. Los exámenes los escribíamos en unas hojas especiales en las que no se podía corregir y las copias salían siempre con manchas de tinta, de un aparato llamado polígrafo o ciclostil, hasta la actualidad, donde ya tenemos fotocopias en color y se hacen los exámenes en ordenadores.La enseñanza me ha dado satisfacciones en el ámbito profesional, pero más en el terreno personal con las experiencias positivas, recuerdos y anécdotas vividas.La jubilación es maravillosa, pues nos permite hacer como los ricos, es decir, todo lo que nos gusta sin ningún horario ni plazo. El concepto de libertad se entiende con toda la amplitud del término. Es como unas largas vacaciones en el paraíso para poder disfrutar más y mejor del tiempo libre, la familia y las amistades. No obstante, no penséis mucho en la jubilación porque se envejece más rápido…Tengo algo a lo cual retirarme y eso es importante. Me voy con la satisfacción de haber intentado siempre hacerlo lo mejor posible con todos.Alumno, viene del latín y significa alimentar. Nosotros los profesores/as los alimentamos con nuestros conocimientos y ejemplo a seguir. Siempre, y como decía Séneca, “es mejor aprender cosas inútiles que no aprender nada”.La mejor receta con ellos: mucha paciencia, empatía, mantener siempre la ilusión y un espíritu de superación y lucha frente a las dificultades. Pensemos siempre en lo importante que es nuestra labor para la sociedad y en aquellos alumnos que, aunque sólo sean muy pocos, tienen curiosidad y ganas de aprender. Solo por ellos ya merece la pena ser profesor.Podría contar muchísimas anécdotas y recuerdos, pero esta, que os puede resultar graciosa, me ocurrió hace unos veinte años y me influyó mucho: resulta que saqué a la pizarra a un alumno muy responsable para resolver un problema. El alumno se quedó muy fijamente mirando todos los datos, como traspuesto y en estado de shock. Se puso rojo, después amarillo y luego blanco. Se desmayó y cayó al suelo con tan mala suerte que se golpeó la frente con el plinto, echando mucha sangre y hubo que darle varios puntos. Desde aquel día miré muy bien el perfil del alumno/a que sacaba a la pizarra y si era muy difícil el problema…, para evitar otros problemas mayores.Estoy agradecido a numerosas de las que he aprendido, tanto a nivel profesional como humano, de este y de anteriores claustros, especialmente de Villanueva. La lista sería muy extensa. Sin embargo, deseo hacer algunas excepciones, como los compañeros del departamento y del área de Ciencias, con los que tenido más contacto; especialmente con Mari Carmen Pedrajas, compañera y amiga, con la que llevaba trabajando muchísimos años, compañeros ya jubilados, algunos aquí presentes, y compañeros que también trabajaron conmigo en Villanueva como Francisco Javier, Félix, Manolo, Angélica ...y seguramente olvidaré a alguien.…, antiguos alumnos… como José Manuel.Tampoco quiero terminar sin dejar de recordar a algunos compañeros con los que trabajé muchos años y ya no están con nosotros, pero quedaron en mi corazón: Anabel Torrico, Antonio Navarro y Petra Pozuelo. También quiero pedir disculpas por los errores que haya podido cometer.No es fácil despedirse después de tantos años en la profesión y estar muy a gusto en nuestro centro.Me voy con alegría, pero también con un poco de nostalgia.Os echo de menos y pienso en los buenos momentos, los muchos recuerdos y en la amistad que compartimos.Os deseo lo mejor, muchos ánimos y fuerza para seguir afrontando el difícil reto que suponer enseñar y educar.!!! Mucha salud y felicidad para todos/as!!!Muchas gracias.Rafael Cuevas. 27 junio 2018"
Rosa Galeano Cuenca